¡Feliz año!

Acabamos de comenzar el 2024, y como es tradición el año nuevo va de la mano de nuevos propósitos. Por eso hoy queremos compartir una lista de propósitos específicos y prácticos para avanzar en el camino de la inclusión. Además, para intentar hacerlos realidad los acompañamos con ejemplos de prácticas educativas para inspirar el cambio.

Muchos de ellos han sido motivo de entradas anteriores, y hoy les seguimos dando voz e importancia en el camino hacia la educación inclusiva.

Propósito 1: Diseñar Ambientes de Aprendizaje Accesibles

La importancia de diseñar estos espacios reside en reconocer la diversidad en las necesidades de movilidad y comodidad del alumnado. De esta forma, el espacio se adapta mejor al estilo de aprendizaje de cada uno.

Ejemplos de como hacer realidad estos ambientes de aprendizaje accesible es, en primer lugar, eliminar cualquier tipo de barrera física y dejar de lado el modelo de aula tradicional de pupitres en fila. Esta distribución tradicional puede ser sustituida por espacios de aprendizaje con mobiliario diverso y accesible, móvil, y que permita la configuración de espacios según situaciones de aprendizaje.

Propósito 2: Desarrollar programas de ayuda y apoyo entre iguales

Esto suele denominarse como “mentoría” y promueve la conexión y el apoyo entre estudiantes, construyendo relaciones positivas y una cultural escolar más inclusiva.

Crear estos espacios permite que el alumnado comparta con mayor seguridad y confianza sus habilidades y experiencias, fomentando la comprensión mutua y favoreciendo el aprendizaje entre iguales.

Para hacerlo realidad se pueden establecer grupos de trabajo dentro del aula, o establecer “hermanamientos” entre cursos de diferentes niveles educativos. Cualquiera de estas propuestas debe conseguir establecer una relación bidireccional, en la que todas las partes enriquezcan los aprendizajes.

Propósito 3: Integrar tecnologías accesibles en el aula

La integración de la tecnología en el aula, como ya hemos resaltado en numerosas ocasiones, garantiza que todo el alumnado tenga igualdad de acceso a la información y las herramientas educativas. Esto rompe barreras al proporcionar recursos que se adaptan a diversas necesidades.

Ejemplos de recursos tecnológicos accesibles son lectores de pantallas, teclados especiales o plataformas educativas en línea que sean accesibles y que permitan la participación equitativo.

Además, si quieres descubrir como introducir la tecnología y las herramientas digitales dentro de tu aula de manera inclusiva, puedes leer nuestra guía Educación Inclusiva y tecnología: de la teoría a la práctica, fruto del proyecto europeo de educación inclusiva que desarrollamos en el 2023.

Propósito 4: Personalizar el proceso educativo para adaptarlo a los diferentes estilos de aprendizaje

La personalización del proceso de enseñanza-aprendizaje aborda la diversidad en los estilos de aprendizaje, reconociendo y respetando la diversidad que presenta cada alumno y alumna para acercarse al conocimiento. Esto, al mismo tiempo, aumenta la autoestima del alumnado, así como su compromiso, mejorando los resultados académicos.

Para poder hacer esto realidad es necesario conocer los diferentes estilos de aprendizaje, por lo que se debería realizar una evaluación inicial que permita detectarlos. Posteriormente, el contenido y los enfoques de enseñanza deben poder abordar diferentes modalidades de aprendizaje (visual, auditivo, kinestésico).

Propósito 5: Fomentar la colaboración entre los miembros de los equipos multidisciplinares

La colaboración entre todos los profesionales que atienden a los niños y niñas en su etapa escolar maximiza el apoyo que se ofrece a estos, ya que permite un enfoque holístico para favorecer su desarrollo integral.

De esta manera, sería necesario que desde el centro educativo se mantuviese una comunicación fluida entre todos los miembros de los equipos docentes, pero que esta se extienda e incluya a las familias y a los especialistas externos.

Propósito 6: Crear actividades extraescolares inclusivas

Las actividades extraescolares ofrecen a los niños y niñas oportunidades de participar y destacar en áreas que en el currículo formal no se tienen en cuenta. Además, estas son experiencias que permiten la construcción de nuevas relaciones entre iguales, la participación activa y la integración social, fomentando así el desarrollo de habilidades socio-emocionales.

Para ello, se puede contar con federaciones específicas que impartan dichas actividades, contactar con asociaciones especialistas que orienten de como realizar adaptaciones y asegurarse de que el personal que las desarrolla tenga conocimiento y actitud inclusiva. Y todo esto, puede derivar, por ejemplo en el mundo deportivo, en la creación de clubes o equipos inclusivos.

Propósito 7: Incorporar en los documentos de centro una vertiente verdaderamente inclusiva

Si la sensibilización hacia la necesidad de crear ambientes y culturas inclusivas se establece desde los documentos de centro, favorece que la totalidad de la comunidad educativa se vuelque en este camino. Es decir, fomenta la creación de personas informadas y comprensivas que valoran la inclusión en todas las áreas de la vida.

Así, se puede ofrecer formación en materia inclusiva a la comunidad educativa, pero también se pueden realizar actividades que amplíen la conciencia sobre la importancia de la inclusión de forma recurrente.

El compromiso con estos propósitos y prácticas educativas permitirá construir unos cimientos sólidos para una educación que abrace la diversidad, respetando y celebrando las diferencias, y garantizando la participación real de todos y todas dentro del mundo educativo.

Y a ti, ¿se te ocurren más propósitos? Si es así, escríbenos a educacion@famma.org y estaremos encantados de empaparnos de nuestras propuestas.