Obra Social Caja Madrid abre…

Obra Social Caja Madrid ha puesto en marcha un plan para abrir diez nuevos centros de atención a personas con discapacidad o riesgo de exclusión social en Madrid, de los cuales tres han sido inaugurados en las últimas semanas. La inversión ligada a estos centros alcanza los 22 millones de euros. Se trata del mayor esfuerzo en la apertura de centros sociales en más de 30 años.

Los nuevos centros, que atenderán a más de 4000 personas, son espacios singulares, pioneros en España centrados en la atención del daño cerebral, autismo, párkinson, sí­ndrome de Down, personas sin hogar y drogodependientes, entre otros. Estarán situados en los distritos de Arganzuela, Barajas, Fuencarral, Retiro, Hortaleza y Vicálvaro (San Blas).

Estos centros están gestionados por entidades sociales de referencia y se integran dentro de la Red de Centros de las Administraciones Públicas. Construidos en suelo cedido por el Ayuntamiento, se conciben como espacios abiertos a la comunidad local para fomentar la participación en la vida del barrio.

La iniciativa permite generar infraestructuras y recursos permanentes que logren mejorar la calidad de vida de estos colectivos para que puedan adquirir el mayor grado de independencia y autonomí­a personal. El objetivo final es conseguir la plena integración social de las personas dentro de la polí­tica de protección social que desarrolla Caja Madrid. 

La construcción de toda la red de centros solidarios se sustenta en aspectos arquitectónicos básicos: se realizan a la medida de las personas con mayor fragilidad social y cuentan con los mayores avances en eficiencia energética e innovación. Todos los edificios incorporan desde el inicio en su diseño el conocimiento que las entidades que lo gestionarán acumulan en cuanto a las personas, sus necesidades y los programas de atención. Se han desarrollado así­ conceptos y prototipos de centros innovadores.

Además, todos los proyectos han buscado soluciones eficientes e incorporado en el diseño materiales de última generación para reducir en el futuro el coste de mantenimiento y el efecto medioambiental.

Por último, la estética propia de cada edificio se concibe no solo como un valor en sí­ mismo si no como una aportación al carácter singular de cada barrio que simbolice la integración que buscan los nuevos vecinos.