El 80% de las europeas afirma que ha realizado algún tipo de dieta en algún momento de su vida. Sin embargo, todas coinciden en una falta de constancia, bien por no terminarla, bien por permitirse ciertas licencias durante la misma. En España, casi un 40% asegura evitar comidas altamente calóricas, cifra que resulta ser muy elevada en comparación con otros paí­ses.

Precisamente, según una encuesta realizada por el portal ‘Enfemenino’ sobre los desórdenes alimenticios y la visión que tienen de estos trastornos, y en general, sobre la importancia que dan a su aspecto fí­sico, Polonia, Francia y Alemania son los paí­ses más concienciados de su peso. Un gran número de alemanas afirman pesarse cada dí­a. En cambio, las inglesas son las que menos lo hacen: una vez al año. Entre las razones que tienen para comer, la principal es saciar el hambre; no obstante, para las británicas la soledad es uno de los principales motivos.

Asimismo, el estudio muestra cómo las jóvenes son las más preocupadas por su fí­sico, pero uno de los aspectos más sorprendentes es el elevado porcentaje de mujeres con desórdenes alimenticios entre 20 y 29 años, casi el 50%. Más de la mitad de las mujeres encuestadas conocen entre 1 y 3 personas con desórdenes, aunque sólo un 42% ha intentado proporcionarles ayuda, hablando con ellas sobre el problema, sugiriéndoles acudir a alguna terapia o informando a sus padres.

La mayorí­a cree que se deberí­a hablar abiertamente de los trastornos alimenticios en medios de comunicación y colegios, si bien en paí­ses como Alemania, solo el 51% lo estima oportuno. Excepto para Reino Unido, la mayor parte de las encuestadas cree que actualmente el número de personas que sufren algún tipo de trastorno alimenticio es mucho más elevado que hace diez años; como contraste, las italianas califican de muy normal el hecho de tener algún tipo de desorden de este tipo.

Por último, en lo que coincide la mayorí­a es en que los medios de comunicación son una pieza clave a la hora de impactar a la sociedad, ya que las imágenes de modelos y actrices que se muestran en las portadas de las revistas han creado unos cánones de belleza prácticamente inalcanzables.