Demuestran en ratones el posible…

Un estudio de investigación realizado en ratones afectados por esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad neuromuscular degenerativa, demuestra que, tras la ingesta de una dieta enriquecida con aceite de oliva virgen extra, rico en ácidos grasos insaturados, se logra una mejora en el comportamiento motor, muscular y un aumento de la supervivencia de estos animales.

Este estudio es el núcleo de la tesis doctoral ‘Alteración de la autofagia y su modulación por una dieta rica en lí­pidos en un modelo murino de Esclerosis Lateral Amiotrófica’, realizada en el grupo de investigación del Laboratorio de Genética Bioquí­mica (Lagenbio) de la Universidad de Zaragoza, ha informado la institución académica en una nota de prensa. La tesis ha sido defendido este viernes, 20 de junio, por la doctoranda Sara Oliván en la Facultad de Veterinaria y ha sido dirigida por las investigadoras Ana Cristina Calvo y Rosario Osta. Entre otros experimentos, en colaboración con el investigador Jesús Osada, coordinador principal del Grupo Bases Moleculares de la Ateroesclerosis de la Universidad de Zaragoza, se ha estudiado el posible efecto terapéutico de la administración de una dieta enriquecida en aceite de oliva virgen extra en los ratones modelo de la enfermedad.

Los resultados obtenidos revelan que la cantidad de aceite suministrada a los animales equivaldrí­a en humanos a la ingesta de 119 gramos de aceite virgen extra crudo al dí­a -ocho cucharadas soperas-. Estos resultados, aunque preliminares, “son esperanzadores ya que son necesarios más estudios para conocer si este efecto encontrado en los animales también se produce en los pacientes de ELA”, han explicado las mismas fuentes. Este sábado se celebra el Dí­a Mundial de la Esclerosis Lateral Amiotrófica, una enfermedad neuromuscular degenerativa, caracterizada por la aparición de debilidad muscular progresiva y espasticidad, asociada a la pérdida de motoneuronas que son las neuronas encargadas del movimiento de los músculos.

Por último, el pronóstico de la ELA es de una supervivencia media de dos a cinco años después del diagnóstico. La gran mayorí­a de casos son esporádicos y se desarrollan en individuos de 55 a 65 años, con una incidencia de 1,5 a 2,7 por 100.000 individuos año, de forma que, aproximadamente 4.000 españoles están afectados por la enfermedad.