La dieta puede afectar al…

La comida no sólo nutre el cuerpo sino que también afecta al reloj biológico interno, que regula el ritmo cotidiano de muchos aspectos de la conducta humana y la biologí­a. Un equipo de investigadores proporcionan en Cell Reports nuevos conocimientos sobre cómo ajustar el reloj a través de la manipulación de la dieta, que puede ayudar a pacientes con diversas condiciones y que la insulina puede estar involucrada en el restablecimiento del reloj.

El reloj biológico o «circadiano» interno juega un papel importante en las horas de sueño, los tiempos de estado de alerta y el momento de ciertos procesos fisiológicos. El reloj permite la máxima expresión de genes en el momento adecuado del dí­a, lo que permite a los organismos adaptarse a la rotación de la tierra. «La desincronización crónica entre los ritmos fisiológicos y ambientales no sólo disminuye el rendimiento fisiológico sino que también conlleva un riesgo significativo de diversos trastornos, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño y el cáncer», dice el doctor Makoto Akashi, de la Universidad de Yamaguchi, en Japón.

El reloj circadiano implica dos ví­as principales: la primera, que responde a la luz, se conoce bien, pero la segunda, que responde a la alimentación, se entiende menos. A través de experimentos en células y ratones, Akashi y sus colegas encontraron, mediante el cultivo de células, que la insulina, una hormona pancreática que se segrega en respuesta a la alimentación, puede estar implicada en el restablecimiento del reloj circadiano. El doctor Akashi señala que «la insulina puede ayudar a que el reloj del estómago se sincronice con la hora de comer». Los hallazgos de estos investigadores aportan información valiosa sobre cómo ajustar el reloj circadiano a través de la manipulación dietética. El doctor aconseja que se emplee para «por ejemplo, el jet lag. La cena debe ser enriquecida con ingredientes que promueven la secreción de insulina, lo que podrí­a conducir a un avance de fase del reloj circadiano, mientras que el desayuno tendrí­a que ser lo contrario».

Por último, los resultados también sugieren que los ajustes del reloj a través de la alimentación pueden no funcionar bien en individuos con resistencia a la insulina, una caracterí­stica de los pacientes con diabetes tipo 2. Además, puede haber efectos secundarios relacionados con el reloj biológico en el tratamiento de pacientes con insulina.