Un marcador de grasa predice…

En la imagen, un investigador en un laboratorio especializado en VIH.Cientí­ficos de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, han descubierto que los niveles de ciertas grasas que se encuentran en el lí­quido cefalorraquí­deo pueden predecir qué pacientes con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tienen más probabilidades de convertirse en personas con discapacidad intelectual.

Los investigadores, cuyo estudio se publica en ‘Neurology’, creen que estos marcadores de grasa reflejan los cambios asociados a la enfermedad sobre cómo el cerebro metaboliza estas moléculas de grasa. Estas modificaciones alteran la habilidad de regular la actividad de las células cerebrales “trituradoras de basura” destinadas a degradar y eliminar los desechos moleculares del cerebro. En este caso, el exceso de colesterol y de grasa conocido como esfingomielina se acumula en los lisosomas (los trituradores de basura), realizando copias de seguridad de los residuos y provocando la disminución cognitiva a menudo debilitante.

Hasta la mitad de los pacientes infectados con el VIH desarrollará algún tipo de deterioro cognitivo, desde problemas leves (para contar el cambio de dinero o conducir un coche) a demencia severa (incapacidad para gestionar las actividades de la vida diaria), pero hasta ahora no habí­a pruebas para predecir qué personas eran más propensas a sufrir pérdidas cognitivas. “Cada investigador de la enfermedad neurodegenerativa está persiguiendo biomarcadores por la misma razón: es mejor identificar los problemas antes de que ataquen”, sentenció Norman J. Haughey, profesor asociado en los departamentos de Neurologí­a y Psiquiatrí­a y Ciencias Conductuales de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. “Es muy difí­cil revertir el daño cerebral después de que comience -continuó-. En cambio, queremos saber quién es probable que pierda la función cognitiva y detener el daño antes de que suceda”. Para ello, Haughey y su equipo analizaron 524 muestras de lí­quido cefalorraquí­deo de 291 pacientes VIH positivos y 30 negativos recogidas de siete sitios continentales de Estados Unidos, Hawai y Puerto Rico.

Por último, los investigadores hallaron que las primeras acumulaciones de un pequeño número de estas moléculas de grasa podrí­an predecir la probabilidad de deterioro cognitivo. Cuando la función cognitiva disminuye en estos pacientes, el número de diferentes tipos de moléculas de grasa acumulada aumenta.