Un fármaco contra el Alzhéimer…

La farmacéutica Lilly ha desarrollado un nuevo medicamento denominado solanezumab para combatir el alzhéimer y que, según las últimas pruebas realizadas en humanos, es capaz de reducir la pérdida de memoria de los pacientes en un 34%. Los ensayos clí­nicos llevados a cabo en personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer en su primera fase de gestación han resultado exitosos, según los datos presentados el pasado lunes en una reunión de la Asociación Americana de Neurologí­a en Boston, aunque sus beneficios en fases más avanzadas de la enfermedad apenas son perceptibles.

El fármaco, que funciona bloqueando la proteí­na beta amiloide que forma depósitos de placas en el cerebro, está listo para salir al mercado, pero todaví­a necesita la aprobación de la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés), según ha explicado en un comunicado el director biomédico de la firma Lilly, David Ricks. “El solanezumab es de gran utilidad para satisfacer las necesidades de este tipo de pacientes y creo que, en base a los resultados, deberí­a lanzarse al mercado. Pero ese juicio no nos corresponde a nosotros, sino a la FDA”, explica el responsable. Ricks ha insistido en que actualmente no existe ningún medicamento capaz de retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer y, por este motivo, defiende que el hallazgo tiene que ser tenido en cuenta por los reguladores.

Las reticencias para sacar a la venta el fármaco tienen que ver con dos grandes estudios independientes presentados hace algunos meses en los que se negaba su capacidad para detener la enfermedad. En el mes de agosto la compañí­a norteamericana llegó a reconocer que el fármaco no cumplí­a con el objetivo marcado inicialmente en pacientes con sí­ntomas moderados o avanzados. Sin embargo, la farmacéutica siempre defendió que hay varios indicios de que el solanezumab es capaz de frenar los daños cognitivos en las personas que sufren la enfermedad en sus primeras etapas. Por lo que promulga su uso, al menos, para este tipo de pacientes.Dos estudios independientes contradicen la versión de la farmacéutica

Otra de las crí­ticas contra el medicamento es que los últimos resultados han determinado que no protege significativamente contra el deterioro de las funciones fí­sicas. Ante la polémica de la conveniencia o no de sacar al mercado este fármaco, el director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Clí­nica Mayo en Rochester (Estados Unidos), Ronald Petersen, ha pedido cautela sobre las perspectivas del fármaco. “Los resultados obtenidos son estadí­sticamente significativos, pero aún es difí­cil determinar si estos mismos datos pueden considerarse clí­nicamente significativos”.

Todo indica a que se necesitarán más ensayos y estudios clí­nicos antes de tomar una decisión sobre su comercialización. Para director cientí­fico de Lilly, el neurólogo Mike Hutton, “los últimos estudios realizados demuestran que la hipótesis sobre la que hemos estado trabajando las últimas dos décadas para frenar el desarrollo del alzhéimer son correctas”, por lo que anima a su pronta comercialización.

A pesar de la enorme inversión en tratamientos experimentales contra la demencia por parte de diferentes farmacéuticas, sólo se ha dado el visto bueno para salir al mercado a una cifra reducida de medicamentos. Unos fármacos que son efectivos para aliviar algunos de los sí­ntomas, pero que no combaten la causa subyacente de la enfermedad. El alzheimer, el tipo de demencia más común, afecta a 430.000 personas en España; una cifra que seguirá creciendo si no se avanza en su estudio.