Un 53% de los socorristas…

Un 53% de los socorristas acuáticos que atendieron a los usuarios de 23 playas de diferentes localidades y comunidades españolas no cuenta con formación alguna en el ámbito de la discapacidad. Es una de las principales conclusiones que pone de relieve la tesis doctoral que Sergio López presentó en la ‘Facultade de Ciencias da Educación e do Deporte’ del campus de Pontevedra de la Universidad de Vigo (Uvigo), en la que se analiza el servicio prestado por los técnicos de salvamento a usuarios con algún tipo de minusvalí­a.

 La Universidad de Vigo destaca que ‘en todos los cursos de Socorrismo Acuático Profesional que se imparten actualmente en España no existe formación sobre el baño para usuarios con algún tipo de discapacidad’. Este hecho contrasta con que, cada vez más, esta ayuda es una función de los socorristas ‘por lo que gente sin formación especí­fica está desempeñando esta actividad’, revela el autor de la tesis.

El investigador analizó 522 baños en 23 playas de los municipios gallegos de Oleiros, Barreiros y Vigo; en el barcelonés de Santa Susanna; en Blanes en Girona; en Campello, en Alicante; San Javier en La Manga y Muro en Mallorca, y constató que más de la mitad de los socorristas no recibieron ningún tipo de formación especí­fica. Asimismo, el 47,25% de los que sí­ tení­an esas competencias no las adquirieron en sus cursos de formación de salvamento.

Para paliar esta carencia, Sergio López diseñó y puso en marcha el ‘Curso de Socorrista Bandeira Azul’. Tras impartirlo, se comprobó que ‘cuanta más formación tiene los socorristas, tanto discapacitados como familiares y usuarios consideran que la actividad es mejor, además de que el profesional afirma sentirse seguro al poder desempeñar su actividad con mayor firmeza’, apunta el autor de la tesis.

Por último, éste constató que los principales problemas que afrontan los socorristas se relacionan con la falta de pasarelas, puntos adaptados o zonas de sombra especí­ficas. La mayor tasa de discapacidad de España se registra en Galicia, con 122,9 personas por cada mil habitantes.