Sergio tiene una voz firme, amable y también risueña. Aunque es consciente del vuelco que dio su vida en diciembre del pasado año, no ha tirado la toalla y piensa en toda la vida que tiene por delante. Todo comenzó el 5 de diciembre de 2011 cuando ingresó en el Hospital de Fuenlabrada aquejado de un fuerte constipado. Sin embargo, la evolución hizo que al dí­a siguiente los médicos le dieran sólo 24 horas de vida, debido a una bacteria que le afectó al riego sanguí­neo y se expandió rápidamente por su cuerpo.

Pero Sergio, luchó y ganó, a costa de sufrir la amputación de brazos y piernas. Ahora vive con sus padres y su novia Jessica, quien no ha dejado de apoyarle en todo este tiempo, al igual que familia y amigos. El siguiente paso es adaptar la casa paterna a sus necesidades: cambiar la bañera por ducha, adaptar las puertas para que pueda pasar mejor,… Para conseguirlo, han emprendido una campaña de recogida de tapones que acaba de terminar con 12 toneladas y 1.800 euros conseguidos.

Pero la cosa no acaba aquí­, porque en breve, amigos y familia tienen previsto organizar un torneo de fútbol aficionado para que cualquier fuenlabreño pueda participar y a la vez hacer su donativo a Sergio, que junto con su novia, espera ser adjudicatario de un piso adaptado del IVIMA. Allí­ ambos emprenderán un nuevo camino juntos, porque, como muy bien sabe Sergio, la vida continua.

Su ilusión pasa por volver a andar gracias a unas prótesis que le van a implantar. Paréntesis en agosto y en septiembre vuelta a la lucha y a comenzar una nueva vida.