Los militares con discapacidad sobrevenida en acto de servicio podrán seguir en el ejército
Los militares que adquieran una discapacidad sobrevenida en acto de servicio, ya sea en España o en misión en el extranjero, podrán seguir a partir de ahora vinculados al Ejército si así lo desean.
Así lo dispone una orden ministerial publicada hoy en el Boletín Oficial de Defensa, que satisface así una vieja reivindicación de los veteranos de guerra y de las asociaciones militares, y amplía las disposiciones dictadas en 2007 y 2009 que contemplaban que los veteranos y discapacitados mantuvieran “una especial relación” con las Fuerzas Armadas.
A partir de mañana, y con efectos retroactivos, los militares que adquieran una discapacidad en acto de servicio tendrán derecho a recolocarse en puestos del Ejército que les permita desempeñar esa discapacidad, sin dejar de cobrar la pensión correspondiente.
Según la citada orden, podrán acogerse a esta posibilidad los militares cuya insuficiencia física para servir en la tropa haya sido provocada en uno de estos cinco supuestos: una operación militar en el exterior, preservando la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en situaciones de emergencia, grave riesgo o catástrofe, como consecuencia de un acto terrorista o “en otras circunstancias excepcionales”.
Según informó a Servimedia la subsecretaria de Defensa, Irene Domínguez-Alcahud, este último supuesto cubriría también a los militares que hayan sufrido un accidente en el cuartel.
Las tareas a las que podrían dedicarse estos militares con discapacidad son también cinco: apoyo en tareas administrativas; actividades pedagógicas y, en su caso, de apoyo a la instrucción; actividades culturales, relaciones institucionales, investigación y estudio.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, subrayó hoy en su comparecencia en la Comisión del ramo del Senado que los militares discapacitados le parecen un “ejemplo” para toda la sociedad por sus valores de “entrega” y “entusiasmo”.
Además de como un acto de justicia, Morenés entiende que estos militares pueden seguir desarrollando actividades útiles para el Ejército gracias a las capacidades intelectuales con que hayan compensado esa discapacidad.
Domínguez-Alcahud aclaró después de la comparecencia que serán los ejércitos los que tendrán que estudiar en qué puesto de docencia o de cualquier otra labor de apoyo pueden recolocar a estas personas, cuyo número, en principio, calcula que será de entre 20 y 30.