La lengua de signos, compatible con el uso de prótesis auditivas
La CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, ha puesto de relieve los beneficios de la lengua de signos entre las personas sordas usuarias de prótesis auditivas.
“El aprendizaje de la lengua de signos es paralelo al proceso de enseñanza y aprendizaje de la lengua oral y escrita”, indicó Aránzazu Díez, responsable del departamento de Familias y Educación de la Fundación CNSE. “Sin embargo”, según Díez, “al tratarse de una lengua que se desarrolla en un canal visual, su adquisición es más rápida que la del lenguaje oral, cuyo proceso depende de factores como el grado de pérdida de audición, la edad en la que se produjo o el uso y correcta adaptación de las prótesis auditivas”.
A su juicio, esto constata que la lengua de signos sea compatible con el uso de estas ayudas técnicas, ya que ayuda a dotar de significado aquellos sonidos que percibe una persona con implante coclear o audífono, y a comprender y dar sentido a los mensajes en lengua oral.
“No hay que olvidar que aunque las prótesis auditivas son ayudas técnicas, no hacen que desaparezca la sordera”, recordó. Por último, Aránzazu Díez hizo referencia a las experiencias habidas en escuelas infantiles y centros educativos, que demuestran que la lengua de signos es un recurso que suma, capaz de potenciar las habilidades no solo de niñas y niños sordos, sino también de sus familias y de la propia sociedad.
“Ayuda a los niños sordos a entender, desde el primer momento, lo que viven y experimentan, y es la mejor aliada para construir una imagen positiva y ajustada de sí mismos”, añadió. PRÓTESIS AUDITIVAS Otro aspecto que la CNSE considera prioritario es que la adquisición y el mantenimiento de dichas prótesis se ajusten a la realidad social y económica de los que las utilizan.
“Se trata de productos de poco mercado, pero para sus usuarios son de primera necesidad, y a ellos, lógicamente, les preocupa el binomio calidad-precio”, señaló Concha Díaz, presidenta de la CNSE. En este sentido, Díaz considera que no debería haber límite de edad para acceder a prestaciones por audífonos, y que el mantenimiento o renovación de los componentes externos de los implantes cocleares no pueden depender de las posibilidades económicas de las familias con hijos sordos o, en su caso, de los adultos sordos usuarios. “Es necesario analizar su elevado coste y la capacidad de los usuarios para asumirlo”, dijo.