Investigadores españoles encuentran nuevas rutas terapéuticas para la distrofia muscular
Un equipo de investigadores españoles ha descrito cómo el aumento de la producción de un microARN tiene relación directa con el deterioro muscular progresivo en un modelo de ratón de distrofia muscular, según un estudio publicado en la revista ‘Journal of Cell Biology’.
A medida que los pacientes con distrofia muscular envejecen, sus células musculares dañadas son remplazadas gradualmente por tejido fibroso rico en colágeno. La fibrosis muscular tiene al factor de crecimiento TGF-beta, que es muy activo en los pacientes con DMD, como su principal origen. La doctora Pura Muñoz-Cánoves, de la Universidad Pompeu Fabra, y sus colaboradores, investigaron la relación de miR-21, un microRNA cuya producción es estimulada por la señalización de TGF-beta.
El miR-21 aumenta en los fibroblastos que producen colágeno en los pacientes con distrofia muscular y en los ratones que desarrollan síntomas de una enfermedad similar a la distrofia muscular humana. La inhibición de miR-21 reduce los niveles de colágeno y previene -o incluso revierte- la fibrogénesis en los animales afectados.
El equipo también observó que la actividad del TGF-beta y la producción de miR-21 se regula por el equilibrio entre dos factores extracelulares: una proteasa que activa el TGF-beta-, y su inhibidor, PAI-1. Los ratones con la enfermedad desarrollaron fibrosis con mayor rapidez en la ausencia de PAI-1, pero estos síntomas pueden ser revertidos por la inhibición de uPA mediante un medicamento o un siRNA.