Expertos alertan de los peligros…

Los aparatos con emisiones con pantalla LED cada vez son más numerosos y cotidianos, tanto es así­, que muchas personas se exponen a más de uno de estos dispositivos a lo largo del dí­a al utilizar su smartphone, su tableta y su televisor. Una innovación que en un primer momento sedujo a muchos por sus prestaciones tecnológicas al permitir pantallas con unos contrastes de alta calidad, y sobre la que ahora se ha descubierto un peligroso efecto secundario para la salud visual, la llamada luz azul.

Estas consecuencias tienen un mayor impacto si cabe en España, donde la tasa de penetración de alguno de estos dispositivos supera a la de paí­ses con más población como Alemania o Inglaterra, y con un nivel de exposición mayor a cuatro horas para casi la mitad de la población española adulta. Según expertos de Visionlab, estos dispositivos emiten una luz que afecta directamente a la retina desgastando una parte que nunca llegará a regenerarse. A corto plazo puede provocar enrojecimiento de los ojos, sequedad, irritación, cansancio visual o dolor de cabeza, pero lo más peligroso es el largo plazo, ya que en el peor de los caso podrí­a derivar a la formación de cataratas y degeneración macular.

Aún así­, los especialistas señalan que la luz azul en sí­ misma no es peligrosa, lo peligroso es su sobreexposición debido a la cantidad de horas que los usuarios pasan frente a este tipo de dispositivos. Por ello, los expertos recomiendan rebajar el consumo de estos dispositivos a un nivel mí­nimo o en su defecto, adecuar las gafas a partir de un recubrimiento antireflejante de luz azul que elimina entre el cerca del 20% de las longitudes de onda corta del espectro visible, además del UV.

Este antireflejante selecciona los azules de forma que en lugar de dejarlos pasar consigue reflejarlos. Una medida paliativa que reducirá las posibilidades de desarrollar cataratas o DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad). Además esta recomendación se extiende también a todos aquellos que no usan gafas graduadas, y es que cada dí­a son más personas las que adquieren monturas con cristales sin graduación pero que incluyen este tipo de recubrimiento.