Crece el 91% la inclusión…

En 2001 eran más de 23 mil en el sistema educativo convencional, y en 2010 la cifra alcanzó los 45 mil. Pero los expertos denuncian obstáculos en algunos establecimientos y la falta de docentes auxiliares calificados. Cada vez menos diferentes. La inclusión de niños con discapacidad al sistema educativo convencional aumentó en Argentina un 91% en la última década. En las escuelas especiales el incremento fue del 16 por ciento.

La sanción de la Ley 26.206 fue el gran disparador, aunque los especialistas advierten que el crecimiento todaví­a es lento. Faltan docentes auxiliares calificados y algunas escuelas todaví­a ofrecen obstáculos. En el nivel secundario las cifras continúan siendo bajas.

“Incluir es una forma de no aceptar la realidad tal como se presenta”. Colocada al inicio de la nota, la frase de la directora de seminarios de posgrado en la Universidad de La Plata, Marí­a del Carmen Malbrán, obliga a explicar cómo se presenta la realidad en términos de inclusión escolar de chicos con discapacidad. Existen unos 650 mil personas de entre 0 y 19 años que sufren una discapacidad Argentina, según el último censo, y existe una ley, la 26.206, que obliga al Ministerio de Educación, en acuerdo con el Consejo Federal, a garantizar “la integración de los/as alumnos/as con discapacidades en todos los niveles y modalidades”.

Malbrán también explicó que “cuando a un niño con discapacidad se le pregunta a cuál escuela quiere ir, responde ‘a la que van mis hermanos’, porque un chico que va al colegio luego de viajar una hora en colectivo, es un extraño.” La especialista afirmó que la integración no es un remplazo para la educación especial y que “favorece el sentimiento de pertenencia, porque no nos olvidemos que el niño está en la escuela en sus horas útiles y, si disponemos de las mejores horas del niño, lo menos que este necesita es participar en actividades que lo enriquezcan como persona”.

Entonces, ¿cuál es la realidad a cambiar? Las cifras son auspiciosas: según la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (DINIECE) del Ministerio de Educación de la Nación, en 2010, 45.180 niños y jóvenes con discapacidad fueron integrados a la educación común (en 2001 eran 23.701) y 127.508 concurrieron a escuelas de educación especial (en 2001 eran 109.891). Al mismo tiempo, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) registró 35 denuncias por discriminación en escuelas en 2011 y 59 en 2012.

Por otra parte, el crecimiento es continuo pero lento y el peso más importante de la matrí­cula está en el nivel primario, con una concentración del 50 por ciento.

Para Malbrán, “este proceso implica un cambio muy importante en el sistema educativo y como todo cambio, necesita tiempo para cristalizarse. Es restringir el tema hablar que maestros o polí­ticos no están capacitados.” No obstante, la especialista recomendó: “Para una buena adecuación el docente tiene que hacer una depuración de lo que viene enseñando.”

Angélica Graciano, supervisora de Educación Especial en la Ciudad y secretaria de Educación de UTE, contó que en 2011 el gremio declaró la emergencia de educación especial y maestros recuperadores (los que realizan apoyos en escuelas convencionales). Y especificó: “Hace un mes y medio se tomaron exámenes de idoneidad para psicólogos, psicopedagogos y licenciados en Ciencias de la Educación para que puedan trabajar de auxiliares. Se anotaron 150 personas, dieron el examen alrededor de 80 y aprobaron no más de 50. Tení­amos que cubrir 60 cargos y muchos de los que aprobaron eligieron más de un cargo, quedaron cargos libres.”

Por otro lado, la dirigente señaló que “lo que hay que transformar son las condiciones de la escuela” y diferenció “dos áreas muy distintas en la Ciudad: una es la norte, que son grupos más pequeños y con edificios más espaciosos, y otra muy distinta es la zona sur, donde los grupos son numerosos y se aprovechan todos los espacios para poner grados. Nosotras mismas sugerimos a las familias que cambien a los chicos de escuelas, pero es complicarles la vida. Lo que falta es reorganizar el trabajo docente de las escuelas comunes porque el nivel medio tiene mucha gente trabajando pero la primaria no, y se complejiza mucho la integración.”

Malbrán, por su parte, opinó que “existen buenas prácticas en todos los sectores y en todas las escuelas, y muchas veces las actitudes varí­an de un maestro a otro. Una misma escuela cobija a maestros que lo ven como algo importante con otros que lo hacen porque se los exigen.”

Primaria – 49,9 es la proporción de alumnos integrados que asisten al nivel primario. El 21,92% del total cursa el nivel inicial, el 8,80% la secundaria y el 19,38% los talleres protegidos.

Secundaria – 7,71 es el porcentaje de alumnos que asisten al sistema de educación estatal en el nivel secundario. La cifra es muy baja con respecto al nivel inicial (23,94%), la primaria (49,93%) y los talleres (18,40%).

Especiales – 23,1 es la asistencia a los talleres protegidos dictados por el sector privado. Allí­, los estudiantes de primaria suman el 49,74%, los de nivel inicial el 14,22% y la secundaria 12,92 por ciento.