Alertan de que el uso…

La integración de las nuevas tecnologí­as de la información y comunicación (TIC) en la sanidad, a través de sistemas como la receta electrónica o la historia clí­nica digital, puede provocar errores que deriven en daños sobre la salud de algunos pacientes, según ha alertado la Sociedad Española de Electromedicina e Ingenierí­a Clí­nica (SEEIC).

Esta entidad ha recordado que un reciente informe sobre gestión y seguridad elaborado por el Instituto ECRI que muestra que con la integración de datos en la historia clí­nica digital es “fácil” que se produzcan errores cuando el sistema no está bien diseñado e implementado. “Mientras que los sistemas adecuadamente diseñados e implementados pueden proporcionar información completa, actualizada y precisa de cara a una correcta atención al paciente, la presencia de datos incorrectos puede conducir a un tratamiento erróneo, y, como consecuencia, producir daños sobre la salud de las personas tratadas”, ha alertado Jesús Lucinio Manzanares, presidente de la SEEIC.

Entre estos errores puede haber fallos en la entrada de datos, uso inadecuado de los valores por defecto, copiar y pegar información antigua en un nuevo informe, el uso al mismo tiempo de información relativa a un mismo paciente en formato papel y electrónico, entre otros. En el caso de España, ha recordado que el grado de integración de las herramientas TIC en la sanidad española aún es bajo y la historia clí­nica electrónica común está pendiente de su pleno desarrollo desde el año 2006.

Al mismo tiempo, desde esta sociedad cientí­fica señalan que, “a pesar de que se están produciendo avances a nivel normativo en este aspecto, como la designación del ‘software’ médico como un producto sanitario activo no implantable, aún quedan retos que alcanzar en este sentido”, defiende SEEIC. Para evitar estos errores y salvaguardar la integridad de los datos electrónicos de los pacientes, esta entidad propone evaluar el flujo de trabajo clí­nico para entender cómo utiliza los datos el personal de primera lí­nea (por ejemplo, el personal administrativo que trabaja en la recepción del centro sanitario).

Por último, asimismo, también es aconsejable probar el sistema y las interfaces asociadas, a ser posible, en un entorno simulado, con el fin de verificar que el sistema está funcionando como se pretende; proporcionar a los usuarios de estos sistemas formación continuada y el soporte pertinente, y establecer un mecanismo para que los usuarios puedan reportar los problemas cuando estos son detectados.