El hospital Gregorio Marañón profundiza…

Neurólogos infantiles del hospital Gregorio Marañón han organizado una reunión monográfica acerca del ictus pediátrico para profundizar en el conocimiento de esta enfermedad, más difí­cil de diagnosticar en la edad infantil que en la adulta, y concienciar a los profesionales sanitarios de la importancia del diagnóstico precoz para minimizar las posibles secuelas que esta enfermedad pudiera dejar.

Si bien la incidencia del ictus pediátrico es bastante menor que en los adultos, su conocimiento está cobrando cada vez mayor interés y esto se refleja en el sustancial aumento del número de publicaciones en la literatura médica. Profundizar en su conocimiento es importante porque esta enfermedad “conlleva una alta tasa de secuelas en personas con una larga esperanza de vida aparte de una importante carga familiar y social, y es una de las diez primeras causas de mortalidad infantil”, explica el neurólogo infantil del hospital Gregorio Marañón y organizador de la reunión, Pedro de Castro.

Esta primera reunión monográfica acerca del ictus pediátrico, que ha contado con el reconocimiento de la Sociedad Española de Neurologí­a Pediátrica, ha dispuesto un programa basado en un enfoque multidisciplinar, desde el arterial isquémico al hemorrágico, pasando por el neonatal, la relación entre ictus y cardiopatí­as, las migrañas y el ictus, su diagnóstico diferencial y manejo en Urgencias, y el estudio de su imagen por la neurorradiologí­a hasta finalizar por la rehabilitación.

El ictus es un conjunto de enfermedades que afectan a los vasos sanguí­neos que suministran sangre al cerebro y para minimizar sus secuelas el diagnóstico precoz resulta crucial con el objetivo de iniciar lo más rápidamente posible el tratamiento. Los adultos han acuñado una frase que da idea de la importancia del diagnóstico precoz: “Tiempo es cerebro”. Y en los niños no tiene porqué ser diferente.

Sin embargo en la edad pediátrica, sobre todo en lo referente al ictus isquémico, es más difí­cil de diagnosticar “porque las causas son más numerosas y el diagnóstico diferencial más amplio, y por ello se suele pensar inicialmente en otras causas más frecuentes. Además, para su correcto diagnóstico se precisa de una confirmación neurorradiológica que en ocasiones es difí­cil de establecer en las primeras horas, y todo ello hace que se retrase el diagnóstico y el inicio del tratamiento”, concluye de Castro.

El hospital Gregorio Marañón es uno de los que más incidencia de ictus pediátricos tiene en España y es por eso que la sección de Neuropediatrí­a, junto con el resto de unidades de Pediatrí­a de nuestro Hospital Materno-Infantil y con el apoyo de la unidad de Ictus de adultos, ha hecho un esfuerzo para consensuar un protocolo de actuación conjunto para el manejo y tratamiento de los niños con sospecha de ictus pediátrico, siguiendo las recomendaciones recogidas en el documento “Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud”, en cuyas conclusiones figura la formación de los pediatras en la prevención y atención a niños con ictus.

En el caso de pacientes adultos, el hospital Gregorio Marañón dispone de una unidad especí­fica que cuenta con todas las posibles medidas terapéuticas para su tratamiento y que forma parte del código ictus de atención temprana de la Comunidad de Madrid, de manera que cuando se detecta un ictus se activa el protocolo y se traslada al paciente lo más rápidamente posible para disolver el coágulo causante de la lesión aumentando, de esta manera, las posibilidades de una mejor y más rápida recuperación.