Una fundación imparte clases en la India para la educación e inclusión de niños con discapacidad
Alrededor del 100% de los alumnos de la escuela inclusiva que la Fundación Vicente Ferrer gestiona en Anantapur, en India, han superado los exámenes estatales de 10º curso. Esto significa que 45 alumnos (chicos y chicas con y sin discapacidad visual) podrán acceder este curso que comienza en junio al Bachillerato Superior. En palabras del director del centro, Naganna Sir, “todo un éxito académico, de integración” y de promoción del desarrollo en una de las zonas más pobres del país. En India, una de cada dos personas con discapacidad es analfabeta y la situación se agrava por motivos de casta y de pobreza. Esto lo saben a la perfección en la Fundación Vicente Ferrer, que desde hace años trabaja para erradicar la pobreza extrema en el estado de Andhra Pradesh (desde 2014 dividido en los estados de Andhra y Telangana).
Colegios, hospitales, casas para los nómadas, construcción de pozos y canalizaciones, programas de salud reproductiva y sexual, capacitación profesional de adultos, microcréditos para la mujer y talleres de artesanía son el fruto de años de trabajo de sol a sol y de los apadrinamientos de miles de ciudadanos españoles, única fuente de ingresos de la ONG.
Y si la vida es dura en India para los pobres y los dalits (casta intocable), todavía se complica más si tienes alguna discapacidad. Y viceversa.
Según explica Dasarat, coordinador de proyectos de discapacidad de la Fundación Vicente Ferrer, “antes de empezar a trabajar en este terreno, muchos de estos niños estaban condenados al analfabetismo”. “Sus familias los mantenían en casa y solían considerarlos como una carga”, convencidos de que nunca aportarían recursos a la muy precaria economía familiar. “Si faltaba el dinero, eran los últimos en recibir comida y medicinas”.