Reiteran que los antiinflamatorios no están exentos de riesgos
Los antiinflamatorios, sobre todo los conocidos como AINE (anti-inlamatorios no esteroideos), son un grupo de fármacos muy utilizados en la práctica clínica habitual por los médicos, aunque es bien conocido su uso y abuso por la población general que no tiene conciencia de que la toma de estos fármacos por rutina puede conllevar graves consecuencias para la salud.
Estos fármacos se encuentran entre los que más se consumen en el mundo, sin embargo uso inadecuado puede desencadenar desde problemas gástricos a provocar de manera específica complicaciones digestivas, cardiovasculares, renales, hepáticas y hematológicas, alerta la doctora Francisca González, del Grupo de Utilización de Fármacos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). En conjunto, los AINE ocupan un lugar destacado en las ventas de medicamentos, con más de 40 millones de envases vendidos de media, según los datos de 2009 del Ministerio de Sanidad; siendo los más usados los tradicionales (como el naproxeno, el ibuprofeno o el diclofenaco) y los antiinflamatorios inhibidores selectivos de la ciclooxigenasa 2 (Cox2); aunque también se encuentran en esta denominación los COXIB y el ácido acetilsalicílico.
Por último, en general podría decirse que se usan para tratar el dolor que cursa con inflamación, aunque la gran variedad de moléculas conlleva que se multipliquen las indicaciones y, del mismo modo, los riesgos. “Ninguno está exento de riesgo”, destaca la doctora en una entrevista, donde explica que “los perfiles de riesgo de los pacientes y las diferencias que existen entre AINE obligan a individualizar su uso en función del tipo de patología de base, las características del paciente y la experiencia del médico”.