La victoria de la acampada indignada de personas con discapacidad en Bolivia
Dos semanas y 1.400 kilómetros después, decenas de personas con discapacidad pusieron fin a una protesta que los mantuvo acampados en La Paz frente al Palacio Quemado. Lo hicieron después de que el Parlamento boliviano aprobara una ley de trato preferente para las personas con discapacidad, tras una batalla que llegó a provocar violentas cargas de las fuerzas de seguridad contra personas en silla de ruedas.
«Retornamos a nuestros lugares de origen con tres victorias principales: el haber gestado una ley, el haber dado un bono a la persona con discapacidad y haber cambiado la conciencia de la ciudadanía a favor de este sector», aseguró el líder de la marcha, Carlos Mariaca.
Unas cien personas con discapacidad, con la ayuda de familiares, iniciaron una caminata en noviembre pasado en la ciudad amazónica de Trinidad (noreste), luego fueron por Santa Cruz (este) y Cochabamba (centro), para llegar el 23 de febrero a La Paz, tras recorrer 1.400 km, algunos trechos, los más duros, en automóviles.
Realizaron su marcha en sillas de ruedas, empujados por familiares o amigos, y otros en muletas. A su llegada a la Sede de gobierno desataron violentas protestas a una cuadra de la plaza de Armas y se enfrentaron con la Policía. Ahí instalaron, en una calle pública, una vigilia en espera de una ley que contemplara sus demandas.
Organizaciones defensoras de los Derechos Humanos como Amnistía Internacional condenaron la actuación de las fuerzas de seguridad bolivianas que reprimieron con gas pimienta y gases lacrimógenos la manifestación.
El presidente Evo Morales promulgó este viernes la norma que establece una serie de beneficios para las personas con discapacidad, entre ellos, la liberación de tributos para importar sillas de ruedas y prótesis, la obtención gratuita de documentos personales y la atención sin costo alguno en hospitales estatales.
La ley señala que el Estado buscará definir acciones de inclusión hacia este sector y beneficios en la dotación de viviendas públicas, facilidades en la formación profesional y educativa y fuentes laborales.
«Nos alegra que se haya promulgado la ley que hemos preparado nosotros, aunque festejen otros que no han tenido nada que ver con esto», reinvidicó Elí Pedriel, líder de la caravana. «Parece que en ninguna parte del mundo una Constitución reconoce los derechos de las personas con discapacidad», había destacado el presidente Evo Morales.
Los manifestantes reclamaban, esencialmente, una bonificación anual de 4.600 bolivianos (unos 660 dólares) para las personas graves y muy graves y que la ley sea mucho más precisa en los beneficios. El dirigente Mariaca manifestó su deseo de que en la fase de reglamentación los minusválidos puedan acceder a un monto mayor a los 1.000 bolivianos.