La crisis hunde el número…

Dos personas, en la imagen, saltan sobre el arenal de una playa.La vida de los españoles ha cambiado (y mucho) en seis años… por culpa de la crisis. Así­, mientras el porcentaje de españoles que se declaraban felices en 2007 se elevaba al 82%, los que se declaran felices en 2013 han descendido al 54%. No obstante, el porcentaje de este año ha ascendido ligeramente con respecto a 2010, cuando los datos de paro, déficit y agravamiento de la situación económica de nuestro paí­s situaban la cifra en el 52%.

Precisamente, así­, se puede decir que entre 2010 y 2013, los í­ndices de satisfacción han permanecido más o menos estables -o han ascendido ligeramente- una vez reajustadas las expectativas económicas de cada uno. Estos datos se desprenden del 2º Informe del Instituto Coca-Cola de la Felicidad realizado a través de la consultora Millward Brown entre más de 3.500 personas, que además arroja que ha variado el orden de las prioridades para ser felices con respecto a 2007. Así­, mientras en ese año la salud era lo primero seguida del amor y la economí­a, hoy vemos que la economí­a destaca por encima de todas.

Los españoles que se declaran más felices son aquellos que tienen pareja, hijos, confí­an en sí­ mismos, creen que el futuro les deparará más cosas buenas que malas, les gusta ayudar a los demás y tienen una mayor preocupación por el Medio Ambiente. Concretamente, el 2º Informe de la Felicidad 2007-2013: Evolución de la felicidad en España revela que la mayorí­a de las personas que afirman ser felices tiene pareja (el 81% frente al 71% del total de la muestra), valora mejor su relación de pareja que los no felices (un 95% frente al 89%) y afirma tener mejor relación con las personas de su entorno. Además, el 87% de las personas que se declaran felices señala que mantiene una buena comunicación con su pareja y que siempre está ahí­ cuando la necesita.

Por último, el 80% de las personas que afirman sentirse satisfechas con su vida siente que su familia está orgullosa de ellos, el 79% siempre se ha sentido profundamente querido por sus padres y el 74% se considera optimista.