¡FELIZ DÍA DOCENTES!

 

Cada año, el 5 de octubre el mundo celebra el Día Mundial de los Docentes, reconociendo este día en particular la importancia de estos profesionales en la sociedad.

En esta ocasión, la UNESCO destaca un nuevo lema: “Los docentes que necesitamos para la educación que queremos: el imperativo mundial de acabar con la escasez de docentes”, ya que parece ser que el mundo se enfrenta a una escasez global de docentes.

Por este motivo, queremos celebrar este día destacando el vital papel que juegan los docentes en hacer realidad la inclusión, tanto a nivel educativo como social, ya que son verdaderos agentes de cambio para la construcción de un mundo más diverso y equitativo.

 

LOS DOCENTES COMO AGENTES DE CAMBIO SOCIAL

Los docentes, actualmente son agentes de cambio social. En el contexto de la educación inclusiva, su papel adquiere aún más una dimensión más significativa. Son los encargados y encargadas de crear entornos educativos en los que la totalidad del alumnado, sin importar sus diferencias, pueda prosperar y alcanzar su máximo potencial.

Más allá de la transmisión de conocimientos, desempeñan un papel fundamental en la formación de los valores y la ciudadanía del alumnado. Promueven la tolerancia, la empatía, el respeto por la diversidad y la justicia social, inculcando a las generaciones presentes para el futuro cercano los principios necesarios para construir una sociedad inclusiva y equitativa.

En aulas cada vez más diversas, los y las docentes también tienen la responsabilidad de fomentar un ambiente en el que se respeten las diferencias. Al enseñar al alumnado a valorar y respetar la diversidad, contribuyen directamente a la construcción de una sociedad más inclusiva y respetuosa, donde la discriminación y el prejuicio encuentren resistencia.

Así, luchan activamente contra la discriminación y el prejuicio al abordar temas sensibles, como puede ser la discapacidad en el aula. Promueven la comprensión y la igualdad, desafiando las percepciones erróneas y alentando al alumnado a cuestionar y superar estereotipos.

Además de las materias puramente académicas, los profesionales docentes también ayudan a su alumnado a desarrollar habilidades sociales y emocionales. Estas habilidades, como la resolución de conflictos, la comunicación efectiva y la empatía, son esenciales para una convivencia colaborativa en sociedad.

También pueden inspirar la innovación y el pensamiento crítico, alentando a los niños y las niñas a cuestionar, analizar y proponer soluciones a desafíos sociales. Estos procesos de pensamiento son fundamentales para en un futuro abordar problemas complejos y para impulsar el cambio social positivo.

 

LA FORMACIÓN PERMANENTE: LA CLAVE DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA

Para cumplir con éxito su papel como agentes de cambio social y motores hacia la inclusión, los docentes deben estar en constante evolución.

La formación permanente es la clave en un mundo en constante evolución, en donde las dinámicas sociales, tecnológicas y culturales cambian rápidamente. Por ello, los docentes deben estar preparados para adaptarse y responder de manera efectiva a las necesidades cambiantes de su alumnado.

La educación inclusiva exige una comprensión profunda de la diversidad en las aulas. Cada uno de nuestros alumnos y alumnas es único, son sus propias fortalezas, desafíos y experiencias de vida. Por tanto, hay que disponer de una amplia variedad de herramientas y estrategias pedagógicas necesarias para tender a esta diversidad de manera efectiva. Esto implica no solo adaptar los contenidos académicos, sino también crear un ambiente de aprendizaje que sea verdaderamente inclusivo, donde cada estudiante se sienta valorado y tenga igualdad de oportunidades.

En este sentido, la formación permanente no se trata únicamente de adquirir nuevos conocimientos y técnicas, sino también de cultivar una mentalidad más abierta y flexible. Todo profesional educativo debe estar dispuesto a cuestionar sus propias creencias y prejuicios, y a aprender de su alumnado. La empatía y la capacidad de ponerse en el lugar del otro son habilidades esenciales para la enseñanza inclusiva, y los docentes deben ser el primer ejemplo de ello para su alumnado.

De esta manera, la formación permanente es un compromiso constante con la mejora continua. Los docentes deben buscar crecer y evolucionar en su práctica educativa para estar mejor preparados a la hora de enfrentarse a nuevos desafíos en el camino hacia la educación inclusiva. Esta inversión en su propio desarrollo no solo les beneficia a ellos, sino que tiene un impacto directo en la calidad de la educación que aportan y en la vida de su alumnado.

 

PRINCIPALES RESPONSABILIDADES DOCENTES A FAVOR DE LA INCLUSIÓN

Con todo esto, podemos resumir que los docentes en el contexto de la educación tienen una serie de responsabilidades cruciales.

  • Diseñar y hacer realidad ambientes inclusivos, fomentando entornos accesibles donde todo el alumnado se sienta seguro, valorado y aceptado.
  • Adaptar la enseñanza, para satisfacer las necesidades particulares de cada uno de sus alumnos y alumnas.
  • Colaboración con otros profesionales para brindar un apoyo integral.
  • Promocionar la participación de su alumnado en la vida del centro.
  • Evaluación equitativa utilizando métodos de evaluación justos que reflejen el progreso de cada estudiante de manera precisa.
  • Desarrollo de habilidades sociales y emocionales, no limitarse a la enseñanza académica
  • Abogar por la inclusión al convertirse en defensores activos de la educación inclusiva, participando en actividades de sensibilización y abogando por políticas de centro inclusivas.

Estas responsabilidades destacan de nuevo la importancia del rol docente en la sociedad y en la educación en materia de inclusión.

 

Finalmente, no podemos olvidar que…

al actuar como puente entre la escuela y las familias, los y las docentes facilitan una comunicación efectiva que fortalece los lazos y contribuye al desarrollo de una comunidad educativa más unida. Su influencia se extiende más allá del aula, y puede desempeñar un papel esencial en la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y equitativa.

 

 

El compromiso y pasión por la enseñanza son motores de progreso social y del cambio hacia un mundo mejor.