España lidera un ensayo europeo…

 Pipetas en un laboratorio de investigación clí­nica.

‘Eurocondor’ es el nombre que recibe un ensayo clí­nico europeo liderado desde el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona que se inició este martes pasado y que evaluará la eficacia terapeútica de un colirio contra la retinopatí­a diabética. Un grupo de expertos (oftalmólogos, endocrinólogos e investigadores básicos) de 11 centros clí­nicos europeos y una empresa de biotecnologí­a catalana (BCN Peptides) se encargarán del dí­a a dí­a de este ensayo clí­nico pionero para el tratamiento de esta dolencia.

Este estudio evaluará la seguridad y eficacia de un colirio para tratar la retinopatí­a diabética (RD) y abre una nueva estrategia para combatir las fases iniciales de esta complicación de la diabetes. El ensayo se basa en dos fármacos neuroprotectores: la somatostatina (una hormona peptí­dica presentada en una nueva formulación de colirio- patentada por BCN Peptides) y la brimonidina (un fármaco que se utiliza actualmente para tratar el glaucoma). Se trata de un estudio prospectivo y randomizado de dos años de duración, que coordina el doctor Rafael Simó, director del Grupo de Investigación de Diabetes y Metabolismo del Valle d’ Hebron. ‘Hasta hace poco, el uso de gotas para los ojos no se habí­a considerado una ví­a adecuada para la administración de fármacos en el tratamiento de la retinopatí­a diabética, ya que se pensaba que no llegaban a la retina’, destacó el doctor Simó, ‘sin embargo, estudios recientes demuestran que muchos fármacos administrados en colirio son capaces de llegar a la retina en concentraciones terapéuticas. Por lo tanto, y basándonos en las pruebas experimentales y de seguridad de las que disponemos, estamos convencidos de que los fármacos que estudiamos, administrados en forma de colirio, darán buenos resultados y marcarán un antes y un después en el curso clí­nico de estos pacientes’.

La retinopatí­a diabética (RD) es una enfermedad ocular que puede aparecer en personas que sufren diabetes, principalmente en aquellas que no tienen un buen control de su enfermedad. De forma global, aproximadamente un 30% de la población diabética sufre esta enfermedad. En la RD se suceden cambios en los vasos sanguí­neos diminutos que nutren la retina, en la parte posterior del ojo, que a largo plazo pueden llevar a una pérdida severa de la visión o incluso a la ceguera en los casos más graves.