España hace tratable un tipo…

En la imagen, un investigador en un laboratorio de ensayos clí­nicos.Se suele detectar por casualidad: un chequeo laboral, un análisis rutinario, una prueba para ver cómo se está controlando la diabetes o el colesterol… Y de repente, un dato llama la atención del médico: la inmunoglobulina, una proteí­na monoclonal, está sospechosamente alta. No sucede nada más. El paciente se encuentra bien y el médico sólo le puede decir una cosa: que espere.

La enfermedad que afecta a las personas que cumplen éste y otros criterios biológicos se llama mieloma múltiple asintomático y tiene un riesgo de transformarse en cáncer de un 10% al año. Es decir, la mitad de las personas que se encuentran con ese análisis anómalo acabará desarrollando un mieloma múltiple sintomático en cinco años.

Ahora, un grupo de investigadores españoles liderados por el jefe del servicio de Hematologí­a del Hospital de Salamanca, Jesús San Miguel, ha conseguido un doble hito. Por una parte han confirmado que existe un subgrupo entre estos pacientes cuyo riesgo de contraer la enfermedad es muy elevado (del 50% en sólo dos años). Por otra, quizás lo más importante, que dicho subgrupo -que representa alrededor del 40% del total- se puede beneficiar de una terapia combinada que hace que su riesgo de progresar a cáncer sea 5,6 veces menor que el de los afectados por su misma condición que cumplen con las guí­as clí­nicas actuales, la llamada espera vigilante.

Ha sido un estudio en una de las revistas médicas más prestigiosas, ‘The New England Journal of Medicine’, el que confirma algo que el Grupo Español de Mieloma ya presentó en 2009 en el Congreso de la Sociedad Estadounidense de Hematologí­a. Desde entonces, explica San Miguel, son numerosos los grupos de todo el mundo que están trabajando en la identificación de las personas con mieloma múltiple asintomático con más riesgo de padecer la enfermedad y en distintos tratamientos para retrasar dicha aparición.

“En muchos tipos de cáncer, la detección precoz es una ventaja; en éste, hasta ahora, no lo era”, comenta el especialista, que este mes se traslada a la Clí­nica Universitaria de Navarra como director de Medicina Clí­nica y Traslacional, donde pondrá en marcha una unidad de mieloma.