El 3% de los niños…

El 3 por ciento de los niños alérgicos a algún alimento sufren reacciones graves en forma de anafilaxia, según ha alertado la alergóloga del Hospital Nisa Pardo de Aravaca (Madrid), Ana Anaut, quien ha avisado de que están aumentando los casos de alergias alimentarias entre la población infantil española.

La anafilaxia es la manifestación alérgica más grave que existe e implica, tal y como ha explicado la experta, una reacción aguda generalizada que provoca sí­ntomas cutáneos como, por ejemplo, eritema, prurito o urticaria, así­ como sí­ntomas respiratorios o cardiovasculares, como dolor torácico, hipotensión y arritmias cardiacas. Además, puede provocar la pérdida de conciencia. Estos sí­ntomas suelen aparecer a los pocos minutos de la ingesta del alimento, aunque también se pueden producir a las dos o tres horas de comerlo. En este sentido, la experta ha informado de que existen varios factores que predisponen al desarrollo de estas alergias como los ambientales, genéticos o el parto por cesárea. “Al no pasar por el canal del parto y evitar la flora bacteriana, el sistema inmune del bebé se vuelve más propenso a padecer reacciones alérgicas”, ha apostillado Anaut.

Dicho esto, la doctora ha informado de que una alergia alimentaria puede empezar “en cualquier momento” de la vida, si bien son los más pequeños los más proclives a padecerlas por la introducción de alérgenos alimentarios en la dieta durante los dos primeros años de edad, momento en el que se suelen desarrollar estas enfermedades. “Entre un 50 y un 80 por ciento de las alergias alimentarias en niños desaparecen con el tiempo, aunque depende del alimento. Por ejemplo, la leche, el huevo o las legumbres son fáciles de superar, pero no ocurre así­ con el pescado, marisco o con los frutos secos”, ha apostillado. Uno de los procedimientos médicos que actualmente se utilizan para estos pacientes es la denominada ‘Prueba por provocación’, la cual tiene como objetivo tolerar el alimento al que inicialmente se tiene alergia, para lo cual se administra por ví­a oral y en dosis progresivas y crecientes. “Una vez tolerado el alimento en consulta, el paciente puede seguir tomándolo en su domicilio con una pauta administrada por la doctora”, ha zanjado.