La fisioterapia puede prevenir y combatir la diabetes
La fisioterapia puede tanto prevenir la diabetes, como mejorar las funciones músculo-esqueléticas y neurológicas de las personas que sufren esta patología para incrementar su calidad de vida, según ha informado el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), por lo que ha dedicado el vídeo-consejo del mes de diciembre de la campaña ’12 meses, 12 consejos de salud’ a los beneficios que la fisioterapia puede aportar a las personas con esta enfermedad.
La diabetes tipo 2 representa el 90 por ciento de los casos mundiales, aparece en la edad adulta, y se debe en gran medida al sobrepeso, la inactividad física y a un envejecimiento inactivo. Por ello, el secretario general del CPFCM, José Santos, ha afirmado que los fisioterapeutas pueden ayudar a la prevención de la enfermedad “ayudando a las personas con diabetes a planificar un programa de ejercicios personalizado a fin de mantener un buen control glucémico y conseguir el peso ideal”, ya que está demostrado que la modificación del estilo de vida es más eficaz a la hora de prevenir la diabetes que el tratamiento farmacológico.
Las complicaciones en esta patología pueden causar úlceras, hipertensión, vasculopatía diabética o enfermedad cerebrovascular, entre otras afecciones susceptibles de ser tratadas con técnicas fisioterapéuticas. Según el CPFCM, la mayoría de las personas con diabetes sufren complicaciones musculoesqueléticas, como hombro doloroso, dolor de espalda u osteoartritis. Además, muchas personas con diabetes tipo 1 mal controlada desarrollan un síndrome que limita la movilidad de sus articulaciones.
“En todas estas afecciones, la fisioterapia juega un papel fundamental a la hora de devolver a las personas un nivel normal de salud y bienestar. Esto se consigue a través de una combinación de ejercicios activos y pasivos, así como con la utilización de instrumentos mecánicos y eléctricos”, ha asegurado Santos. Por otra parte, otra de las complicaciones de esta enfermedad es que el paciente, en función de su evolución, puede manifestar varios tipos y grados de pérdida sensorial en los pies y parte de las piernas. Así, puede ver alterado su reflejo miotático, que es uno de los mecanismos de defensa que tiene el cuerpo humano para evitar lesiones, sentir debilidad muscular en las extremidades inferiores, calambres, pinchazos, sensación de nudosidades o arena en las zapatillas, etc.