Una nueva técnica musical permite…

Un profesor de música y un investigador de biologí­a quí­mica han desarrollado una técnica para transformar la estructura visual de las proteí­nas en melodí­as y así­ identificar anomalí­as en las mismas, un avance que permitirá en el futuro “escuchar nuestro ADN”, según informA la revista ‘online’ ”˜Heliyon”™, de Elsevier, donde se ha publicado el estudio.

Según esta investigación, la música puede ayudar a los cientí­ficos a analizar los datos utilizando el oí­do en lugar de la vista. Sus autores, Robert P. Bywater, del Francis Crick Institute (Reino Unido), y el doctor Jonathan Middleton, compositor y profesor del Eastern Washington University, aseguraron haber dado con la clave para que los investigadores puedan identificar anomalí­as en las proteí­nas de manera más fácil. Los creadores de esta técnica se apoyaron en la ”˜sonificación”™ de la estructura visual de las proteí­nas ya obtenida mediante técnicas modernas de microscopia. De esta forma, descubrieron que los individuos son capaces de reconocer la relación entre melodí­as y elementos visuales de las proteí­nas: modelos, gráficos y tablas.“Aparentemente, escuchar imágenes es más fácil de lo que se esperaba. Además, las melodí­as son agradables para el oí­do, lo que contribuye a que los cientí­ficos las escuchen más de una vez y analicen las proteí­nas repetidamente”. Las “sonificaciones” se crean utilizando una combinación entre composiciones musicales del doctor Middleton y algoritmos, lo que permitirá que otros puedan utilizar métodos similares en sus análisis. El enfoque multidisciplinar, que combina informática musical y bioinformática, trae una nueva perspectiva a un problema biológico complejo. El doctor Middleton afirmó que “estamos convencidos de que los cientí­ficos terminarán escuchando los datos y extraerán información importante. El oí­do puede detectar más variaciones que la vista. Además, mientras los oí­dos hacen su trabajo, los ojos pueden centrarse en otras cuestiones”. Además, los autores de esta técnica están convencidos de que la “sonificación” de proteí­nas es sólo el primer paso y afirman que, en el futuro, seremos capaces de escuchar nuestro ADN.