Una ciudadana británica se enfrenta…

La premier se ha enfrentado esta semana a uno de los momentos más amargos cuando una mujer le ha recriminado sus polí­ticas de austeridad, reclamando volver a las prestaciones anteriores.

Las polí­ticas de recortes se han extendido como una plaga por toda Europa, y esto incluye al Reino Unido, que desde la llegada de Theresa May a la presidencia se ha endurecido el tono en esta dirección. Su consecuencia es una sociedad asqueada, con gran hartazgo, que no duda en encararse con la primera ministra.

Theresa May se topó con una mujer, Cathy Rips, que le echó la bronca por los recortes en las ayudas a las personas con discapacidad o con dificultades de aprendizaje. Cathy no se cortó al decirle, con tono de enojo, a Theresa que “me han cambiado el DLA (el tipo de prestación previo) por el PIP (el actual) y yo no puedo vivir con 100 libras (115 euros) al mes, lo que quiero es que se restablezca el Disability Living Allowance (DLA) en lugar del Personal Independent Payment (PIP)”.

La primera ministra quiso continuar la conversación mientras Cathy seguí­a con su enfurecido monólogo. Theresa hablaba de “salud mental” y Cathy de “dificultades de aprendizaje”. “Estamos tomando una serie de medidas, déjeme que le cuente algunas”, balbuceaba la primera ministra intentando meter baza en el diálogo. “No dispongo de una persona que me ayude, y es eso lo que quiero: tener a alguien que me ayude a hacer lo que deseo y a moverme, por eso estoy enfadada”, arremetió Cathy contra Theresa.

“Lo que queremos, no únicamente yo, sino los que van en silla de ruedas o sufren discapacidades fí­sicas es que se restablezca el Dissability Living Allowance (DLA)“, prosiguó Cathy en su lista de agravios contra la primera ministra en el mercado. Un corrillo de electores, ademas del séquito que acompañaba a la premier, eran testigos del encuentro de Theresa con Cathy. Por caprichos del azar, Cathy lleva el nombre de la famosa pelí­cula de Ken Loach, Cathy Come Home, sobre la pobreza y los dependientes del Estado británico en la década de 1960.

Las reformas en las prestaciones a personas discapacitadas o con problemas de movilidad fí­sica o limitaciones mentales excluyeron de marzo a octubre de 2016 a 134.000 personas que, en el sistema anterior, hubiesen tenido derechos a las ayudas. Enfermedades o alteraciones como la epilepsia, la demencia y/o la diabetes son algunas de las dolencias que han sido excluidas de las prestaciones sociales con los cambios introducidos por los últimos gobiernos conservadores.