Un obrero que quedó parapléjico…

Un obrero que quedó parapléjico tras caer de un andamio cobrará una indemnización de 815.000 euros. Se trata de una de las mayores cantidades que recibirá una ví­ctima de un accidente laboral.

Los hechos ocurrieron en octubre de 2006 durante las obras para la construcción de un salón de banquetes en la Pobla de Farnals. La empresa promotora asumió la edificación después de que la constructora abandonara la actuación. Otra empresa fue contratada, a su vez, para colocar las placas de yeso. La ví­ctima era uno de los empleados de esta última firma.

La caí­da de Plamen Krastov, de 39 años y de nacionalidad rumana, se produjo desde algo más de dos metros de altura. El andamio, según el relato de hechos probados de la sentencia, no contaba con las medidas de seguridad adecuadas ya que no disponí­a de barandillas ni escalera lateral. Tampoco el empleado llevaba el correspondiente arnés o casco de protección.

El obrero padece hoy en dí­a una minusvalí­a del 80%. Necesita, como consecuencia de sus lesiones, ayuda diaria y contí­nua de una persona. En este caso, se trata de su esposa la que le presta la atención que requiere.

La empresa, aparte de no respetar la normativa de prevención de riesgos laborales, incumplió la obligación de comunicar el accidente a la autoridad laboral dentro de los plazos que marca la legislación.

La sentencia del juzgado de lo Penal número 2 de Valencia condena a cuatro responsables a un año y cuatro meses de prisión. Se trata del administrador de la empresa promotora, del dueño de la firma subcontratada y su encargado, junto al arquitecto técnico y coordinador de seguridad. Además, todos ellos deberán pagar una multa de 540 euros.

El fiscal decano de siniestralidad laboral, Jaime Gil, que participó en las tres sesiones que se celebraron por estos hechos, explicó que dadas las graves lesiones y secuelas de por vida del trabajador, la indemnización fijada es «una de las mayores que se han pagado en un accidente laboral».