Un estudio revela que el…

Las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular (ACV) pueden mejorar sus problemas con la memoria, el pensamiento, el lenguaje y el juicio en casi 50 por ciento a través del ejercicio, según un nuevo estudio canadiense.Investigadores de Toronto dijeron que esos efectos positivos se pueden reconocer tras apenas seis meses de actividad fí­sica, y sugirieron que el ejercicio debe formar parte del tratamiento tras un ACV rutinariamente.

“Las personas que presentan déficits cognitivos tras un ACV tienen el triple de riesgo de mortalidad, y son más propensas a ser institucionalizadas”, apuntó en un comunicado de prensa de la Heart and Stroke Foundation of Canada la investigadora lí­der del estudio Susan Marzolini, del Instituto de Rehabilitación de Toronto. “Si podemos mejorar la cognición a través del ejercicio, que también tiene muchos beneficios fí­sicos, esto deberí­a convertirse en el estándar de atención de las personas tras el ACV”.

Los investigadores hicieron que 41 pacientes de ACV realizaran un programa de entrenamiento aeróbico y de fuerza/resistencia cinco dí­as a la semana. De esos participantes, el 70 por ciento tení­an problemas de leves a moderados para caminar, y necesitaban un bastón o andador para moverse. Los ejercicios que recibieron los pacientes imitaban a la vida diaria, como caminar, levantar pesas y hacer sentadillas.

El estudio reveló que la proporción de pacientes de ACV con deterioro cognitivo al menos leve se redujo de 66 a 37 por ciento en los seis meses del estudio. Los investigadores notaron “mejoras significativas” en la función cerebral general de los pacientes. Añadieron que las mejoras más notables tuvieron que ver con la atención, la concentración, la planificación y la organización. Los participantes también ganaron fuerza muscular y pudieron caminar mejor.

“Estos resultados proveen evidencia convincente de que al mejorar la aptitud cardiovascular a través del ejercicio aeróbico y aumentar la masa muscular con el entrenamiento en fuerza, las personas con ACV pueden mejorar su salud cerebral”, aseguró Marzolini. “Necesitamos desesperadamente programas modificados de ejercicio. Pueden adaptarse a las personas tras un ACV, y creemos que pueden proveer inmensos beneficios de salud”.

“Una vida sana es importante para reducir el riesgo de ACV, recuperarse de un ACV y prevenir otro”, apuntó en el comunicado de prensa Ian Joiner, director de ACV de la Heart and Stroke Foundation. “Todos deberí­amos gestionar nuestros factores de riesgo de ACV, y cuando sea necesario, tener acceso a información y consejerí­a sobre estrategias para modificar nuestras opciones de estilo de vida”.

El estudio fue presentado el lunes en el Congreso Canadiense del Accidente Cerebrovascular. Los datos y conclusiones presentados en reuniones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.