Philippe Croizon convierte su discapacidad…

El Dakar también es una historia de superación. El caso del piloto francés Philippe Croizon es la opción de demostrarse a sí­ mismo que los imposibles no existen. Este atleta de 48 años, con sus brazos y piernas amputados, aceptó el gran desafí­o de esta aventura motorizada y está intentando completar los 8.823 kilómetros de la edición en un auto especialmente equipado en Berlí­n (Alemania).

Croizon no nació discapacitado. Su vida dio un giro inesperado cuando sufrió un trágico accidente que le causó heridas muy graves en sus extremidades. En 1994 amputaron sus cuatro miembros como resultado de una descarga eléctrica de 20.000 voltios que sufrió a los 26 años, cuando intentaba reparar una antena de televisión en el techo de su casa familiar, ubicada en la localidad de Saint Rémy-sur-Creuse. La transformación de Croizon en un aventurero y ejemplo de superación no transcurrió de la noche a la mañana. Fue un largo proceso que inició cuando estaba tendido en la cama del hospital, solo dos meses después del accidente. Lejos de quedarse a esperar que la vida le pasara por encima, el francés decidió aceptar en 2010 su primer gran desafí­o: cruzar a nado el Canal de la Mancha. “Fue una idea que se sembró en mi cabeza mucho tiempo antes de realizarlo. Es más, fue mientras estaba en el hospital y me recuperaba del accidente. Es en ese momento que decidí­ que debí­a hacer esa proeza para mí­, pero también como un mensaje alentador para todos aquellos compañeros que están en desgracia y que han perdido el interés por la vida”.