Los tratamientos que revisará Sanidad

Sala de rehabilitaciónLa primera revisión de la cartera básica de servicios, los tratamientos y pruebas diagnósticas indispensables que debe cubrir el Sistema Nacional de Salud, afectarán a la rehabilitación, fecundación «in vitro», pruebas genéticas, lentes oculares y programas de detección precoz como las mamografí­as.

El Ministerio de Sanidad ha encargado a un grupo de expertos una revisión «en profundidad» de estos servicios. La revisión, en la que participan ocho comunidades, la Organización Médica Colegial y sociedades cientí­ficas, no tiene como objetivo final recortar prestaciones, según un portavoz de Sanidad. Pero tras la revisión de este grupo de expertos podrí­an cambiarse las indicaciones de los tratamientos y también provocar la salida de alguno de ellos. El paso de la cartera básica a la suplementaria obligarí­a a los pacientes a pagar parte de esos tratamientos, como ya se hace con la ortopedia (muletas, collarines, sillas de rueda…) y algunos dietoterápicos.

También podrí­a haber una revisión al alza e incluir nuevos protocolos e indicaciones, como por ejemplo en las mamografí­as. En la mayorí­a de las comunidades la Sanidad pública se hace cargo de esta prueba a partir de los 50 años. Un cambio positivo pasarí­a por adelantar la edad de las mujeres candidatas a esta prueba de cribado para detectar cuanto antes tumores en su estadí­o más precoz.

En el caso de la fecundación «in vitro» y los tratamientos de fertilidad, el efecto puede ser el contrario y se teme que estos tratamientos tan costosos se restrinjan por la edad de la mujer. Cuanto más mayor es la paciente, menos posibilidades hay de que quede embarazada y, por tanto, serí­an menos costo-eficaces estas terapias. Ese es el dilema al que se enfrenta la mayorí­a de médicos que dirigen unidades de reproducción en hospitales públicos. Su lista de espera se amplí­a casi al mismo ritmo que aumenta la edad de sus pacientes. ¿Quién deberí­a tener prioridad, la mujer de 40 años con menos posibilidades de quedarse embarazada o una mujer de 25 con más tiempo para la maternidad?

En oftalmologí­a la lupa se pondrá en las lentes intraoculares como las que se utilizan en cirugí­as de cataratas y otros implantes. Quizá se recomiende un copago para los pacientes que opten por las más sofisticadas y permitan decir definitivamente adiós a las gafas.

Con toda seguridad, donde llegará la tijera de Sanidad será a la rehabilitación. Hace unos meses, un informe de la Fundación Kovacs y presentado en la Organización Médica Colegial desmontaba la eficacia de algunos de los tratamientos más comunes para combatir los dolores de espalda cuello y hombro.

Entre ellas se citaban las técnicas de magnetoterapia, onda corta, láser o estimulación eléctrica. El estudio afirmaba que estos tratamientos eran financiados por el Sistema Nacional de Salud pese a ser «inútiles» y no tener «ningún fundamento cientí­fico».

El gasto de financiar estas terapias supone un sobrecoste para las arcas públicas de, al menos, 75 millones de euros. Durante la presentación de este trabajo, el traumatólogo Francisco Kovacs pedí­a a las autoridades sanitarias que aplicaran las recomendaciones de expertos y decidiera qué se financia en sanidad pública y qué tratamientos deben quedar fuera. «Es urgente porque estamos inmersos en una grave crisis económica, pero también porque algunas de estas terapias además de no ser eficaces podrí­an hacer más daño que bien a los pacientes».

Ayer el presidente de la Organización Médico Colegial, Juan José Rodrí­guez Sendí­n, reconoció que «hay margen» para una revisión de la cartera de servicios básicos sanitarios, no tanto de cara a un recorte en el número de patologí­as que se atenderán, que seguirán siendo «todas», sino en lo que respecta al «tiempo» y la «forma» en que se prestarán.