Las grandes ciudades españolas se…

Entre las firmantes se encuentran Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Murcia, Bilbao o A Coruña. El cumplimiento del compromiso implicarí­a la reducción del tráfico en las ciudades lo que mejorarí­a la calidad de vida y la salud de las personas y el medio ambiente urbano.

Se trata del primer gran compromiso de estas caracterí­sticas que se alcanza en España En ví­speras del comienzo de la Semana Europea de la Movilidad (del 16 al 22), Greenpeace ha hecho público el resultado de unas negociaciones llevadas a cabo en los últimos meses con algunos Ayuntamientos que, de cumplirse, supondrí­a un cambio radical en la forma de desplazarse en las ciudades: el compromiso de las grandes ciudades españolas de reducir un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero causados por la movilidad urbana y metropolitana para el año 2030. Este es el acuerdo adquirido por las principales ciudades del paí­s, para lo que se comprometen a poner en marcha medidas encaminadas a que el vehí­culo privado deje de ser el “dueño” de las calles en las ciudades. Entre las firmantes están las grandes urbes como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Murcia, Bilbao, pero también otras como A Coruña, Oviedo, León y Santiago de Compostela. La organización ecologista también está en conversaciones con otras ciudades como Palma de Mallorca y Cádiz, y confí­a en que el resto de municipios de más de 50.000 habitantes se vayan sumando en las próximas semanas a la iniciativa, la primera de estas caracterí­sticas en España. El objetivo al que las ciudades se han comprometido con Greenpeace hará que tengan que reorientar sus polí­ticas de movilidad y los planes urbanismos que se apliquen y pongan en marcha en nuestros municipios, lo que deberí­a provocar un cambio significativo en la movilidad de las ciudades respecto de la situación actual. La iniciativa tiene por objetivo mejorar la situación detectada por Greenpeace y marcar el camino a seguir de aquí­ a 2030 para contribuir a los esfuerzos que se derivan del Acuerdo de Parí­s mediante un objetivo homogéneo y ambicioso, que sirva de referencia para los Planes de Movilidad, las Estrategias Climáticas, Planes de Calidad del Aire y todos los planes o estrategias que actúen sobre el transporte urbano y metropolitano. Todo lo contrario a lo que ocurre en la actualidad, donde los objetivos climáticos exigidos al transporte en las ciudades y áreas metropolitanas o no existen o son insuficientes. Además divergen totalmente (en porcentaje de reducción y fecha de cumplimiento) entre los distintos municipios y comunidades autónomas.