La bomba de insulina Animas…

Parte de los grandes problemas de vivir en un mundo conectado radican en que es mucha información nuestra la que normalmente viaja de un sitio a otro sin que seamos muy conscientes de esto y de los problemas que esto pueda tener, de ahí­ que se necesite de un mí­nimo de seguridad para que esta información, mucho más valiosa de lo que imaginamos, no pueda llegar a personas que hagan un mal uso de nuestros datos.

Lamentablemente muchas son las empresas que se pasan por alto este tipo de regulaciones, bien por desconocimiento o por no realizar determinadas inversiones. Debido a esto hoy dí­a existen empresas como Johnson & Johnson, expertos en seguridad que se dedican a detectar este tipo de problemas. En su último comunicado, nos hablan sor la bomba de insulina Animas OneTouch Ping la cual, al parcer, posee una vulnerabilidad bastante alarmante ya que cualquier hacker podrí­a conectarse a ella de forma remota y modificar la dosis de insulina ví­a remota sin que el usuario se entere. Detectada una vulnerabilidad de seguridad en la bomba de insulina Animas OneTouch Ping. Personalmente puedo entender que no se tenga muy en cuenta la seguridad en las comunicaciones en ciertas aplicaciones pero no consigo entender cómo, en un dispositivo médico como este, se puedan encontrar este tipo de fallos. Como detalle, comentarte que la bomba de insulina Animas OneTouch Ping lleva en el mercado desde 2008. Entre las ventajas de la misma destacar el uso de un mando inalámbrico que le permite al usuario ajustar la dosis de insulina sin necesidad de tener que acceder al dispositivo, el cual siempre está localizado bajo su ropa. El problema con la Animas OneTouch Ping está en que las comunicaciones entre la bomba y el mando no cuentan con ningún tipo de cifrado lo que podrí­a hacer que cualquier hacker con conocimientos suficientes pueda tener acceso a esa información y modificar la dosis de forma remota poniendo, como es lógico, en serio peligro al paciente. Para la compañí­a fabricante, los riesgos son mí­nimos ya que se requieren grandes conocimientos técnicos, equipo sofisticado y estar a menos de 8 metros de la bomba.