Indican que la actual definición…

En la imagen, una sala de diálisis de un hospital.Una nueva definición de la enfermedad renal crónica fijada en 2002 etiqueta a más de uno de cada ocho adultos y alrededor de la mitad de las personas mayores de 70 años de edad como enfermos con esta patologí­a. Sin embargo, las bajas tasas de insuficiencia renal sugieren que muchos de los diagnosticados nunca progresarán a una enfermedad grave.

Precisamente, en 2002, se introdujo un nuevo marco para definir y clasificar la enfermedad renal crónica (ERC), entendida como la presencia de daño renal o disminución de la función renal durante tres meses o más, independientemente de la causa, y se basa principalmente en medidas de laboratorio. El marco ha sido ampliamente adoptado por muchos paí­ses porque se suponí­a que la detección temprana y el tratamiento frenarí­a la progresión hacia la insuficiencia renal, y fue actualizado en 2012.

Asimismo, según publica British Medical Journal (BMJ), Ray Moynihan y su equipo sostienen que esto es evidencia de sobrediagnóstico, por lo que estos expertos hacen un llamamiento a examinar de nuevo la definición de esta patologí­a e instan a los médicos a tener cuidado con el diagnóstico de los pacientes, particularmente los de mayor edad. Este artí­culo es el segundo de una serie que analiza los riesgos y los daños del sobrediagnóstico en una serie de condiciones comunes.

Por último, la serie, junto con la Conferencia de Prevención de Sobrediagnóstico, que se celebrará en septiembre en New Hampshire, Estados Unidos, forma parte de la campaña de la revista para ayudar a hacer frente a la amenaza para la salud y la pérdida de dinero provocada por la atención innecesaria. Algunos médicos han expresado su preocupación por la adopción de esta definición, que se ha traducido en que más de uno de cada ocho adultos (casi 14 por ciento) en Estados Unidos están marcados con la enfermedad renal crónica y uno de cada seis adultos en Australia. Antes de la nueva definición de 2002, se estimaba que 4,2 millones de estadounidenses (1,7 por ciento) tení­an enfermedad renal crónica. En Reino Unido, las derivaciones a especialistas para la enfermedad renal crónica suponen el 60 por ciento, según un estudio de la Universidad de Cardiff, y el 40 por ciento en un hospital en Brisbane, Australia.