Ibrahim Hamato, el tenista ‘virtuoso’ sin brazos
El ping-pong se ha convertido en su salvación. Ibrahim Hamato, de 41 años y oriundo de Egipto, comenzó a jugar al tenis de mesa con la boca en 1986, tras perder sus brazos en un accidente ferroviario cuando apenas había alcanzado la década de vida. Cada uno de sus saques es una obra portentosa.
“Empecé por casualidad. Estaba mirando a unos amigos que jugaban. Fueron ellos los que me dijeron: ‘Sabes todas las reglas, ¿por qué no juegas?'”, indica Ibrahim. La pregunta tuvo respuesta inmediata. “Probé a colocar la raqueta en las axilas pero no funcionaba. Pensé en sujetarla entre los dientes y la idea tuvo éxito”, agrega recién llegado de Japón donde ha sido agasajado como un héroe durante el campeonato mundial de tenis de mesa.
“Ahora el ping-pong es como el aire o el agua. Es la única cosa en la que encuentro mi verdadera identidad, aquello que me hace especial y por lo que la gente me conoce”, confiesa Ibrahim. En la federación internacional no salen de su asombro. Su técnica, pulida durante casi tres décadas, no tiene discípulos ni imitadores. “En Tokio no se creían que le diera con la boca por la fuerza de los golpes”, explica orgulloso este funcionario y padre de tres retoños. Para él, no existe lo inalcanzable. Puede conducir con los muñones y usa la boca para teclear en el ordenador.
Una capacidad de superación que también ha demostrado en el lejano oriente. “Vengo de jugar con los mejores tenistas del mundo y no se crea. Aguanté su ritmo”, dice entre risas. A la catarsis que le oxigena dedica cuatro horas diarias. Y cumple sin falta por muy lejos que esté la cancha.
A sus 41 años, Ibrahim aún no ha olvidado la primera vez que su madre acudió a un polideportivo para verle jugar. “Imagínese. Mi familia es pobre y cuando me vio, lloró de felicidad”, evoca. La historia del niño al que las vías del tren cambiaron el destino tiene moraleja, por expreso deseo de su protagonista. “Quiero decirle a quien pueda verse en una situación similar a la mía que no hay nada imposible. Yo soy un modelo para todos ellos”.