Ejercitar la mente en la…

Las personas que mantienen una buena salud tanto fí­sica como mental en la mediana edad tienen un menor riesgo de presentar sí­ntomas precoces de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, este retraso en el desarrollo tiene que ver sólo con la sintomatologí­a, que no con la enfermedad en sí­.

Y es que los signos del alzhéimer, esto es, la acumulación de placas de beta-amiloide en el cerebro, sigue su curso con independencia de nuestra actividad mental. O así­ sucede, cuando menos, en el 80% de la población. Pero según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Clí­nica Mayo en Rochester (EE.UU.), en el 20% restante, esto es, en los portadores del gen ”˜APOE4”™ ”“gen que aumenta la predisposición a desarrollar el alzhéimer”“, la actividad mental no sólo retrasa la aparición de los sí­ntomas, sino también de los signos caracterí­sticos de la enfermedad.

Como explica Prashanthi Vemuri, directora de esta investigación publicada en la revista «Neurology», «en nuestro estudio hemos evaluado el efecto de los distintos niveles de educación y hemos observado que los portadores del gen ”˜APOE4”™ con mayores niveles educativos y que continúan formándose en la mediana edad tienen una menor acumulación de proteí­na beta-amiloide en sus cerebros que aquellos que cesaron su actividad intelectual una vez alcanzada la mediana edad».

Y entonces, ¿qué ocurre con la población no portadora del gen ”˜APOE4”™? Pues como indica Prashanthi Vemuri, «nuestros resultados no deberí­an desalentar a los no portadores a seguir ejercitando sus cerebros, caso de la lectura de libros, jugar a juegos de mesa o utilizar un ordenador. Y es que hay evidencias sustanciales de que estas actividades ayudan a retrasar la aparición de los problemas de memoria y razonamiento».