Descubren la clave del envejecimiento…

Nuestro ADN es un factor genético importante no considerado hasta ahora lo suficientemente que determina el metabolismo de los individuos y, por tanto, la salud durante toda la vida. Este factor genético puede servir ahora para estudiar cómo modificar nuestros hábitos de vida con el fin de optimizarlo y así­ lograr una longevidad saludable.

Lo dice José Antonio Enriquez, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), director de una investigación que se publica en «Nature» en la que se demuestra que la manera en la que el ser humano envejece puede estar determinada mucho antes de que se inicie el proceso de envejecimiento y aparezcan las primeras señales. En colaboración con las Universidades de Zaragoza y Santiago de Compostela y el Medical Research Council de Reino Unido, los investigadores del CNIC han demostrado cómo la combinación e interacción de nuestros dos genomas, nuclear y mitocondrial, desencadena una adaptación celular que tendrá repercusiones a lo largo de toda nuestra vida y que determinará la calidad del envejecimiento.

El envejecimiento es un proceso muy complejo en el que contribuyen muchos elementos y que mplica la pérdida progresiva del balance entre los distintos procesos fisiológicos del organismo, señala a ABC Enrí­quez. «Todos los estudios sobre el envejecimiento coinciden en considerar que un metabolismo sano favorece el envejecimiento sano ”“apunta-.

Lo que muestra nuestro estudio es que las variaciones normales entre los ADN mitocondriales de distintos individuos contribuyen de forma significativa a definir las diferencias naturales en el metabolismo entre individuos». La investigación, según sus autores, permite entender mejor las diferencias fisiológicas entre individuos y abre nuevos horizontes en el estudio de enfermedades comunes relacionadas con el proceso del envejecimiento, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.

Por ejemplo, afirma este investigador, «el estudio muestra que las recomendaciones que pueden ser positivas para unas personas (tipo de ejercicio, dieta, hábitos de vida”¦) no necesariamente lo serí­an para otras. Y el tipo de ADN mitocondrial que poseen es crí­tico en esa diferencia. La investigación también sugiere que los tratamientos farmacológicos, su eficiencia o sus efectos secundarios, pueden depender de cómo el metabolismo está influido por el tipo de ADN mitocondrial».