Cientí­ficos portugueses descubren que la…

Investigadores de la Universidad de Coimbra se basan en un estudio que acaban de presentar para vaticinar que «es necesaria una nueva dirección en los tratamientos contra el cáncer». Una afirmación audaz que tiene su raí­z en el descubrimiento de que las células cancerí­genas tienen un origen «multifacético», es decir, no proceden necesariamente de un tronco común. Es la propia quimioterapia la que genera parte de esas células, según las conclusiones del informe denominado “Cáncer, células madre y progresión tumoral: de los mecanismos moleculares a las consecuencias clí­nicas”. Una de sus principales deducciones tiene que ver con que «existe una gran plasticidad tumoral, o sea, dentro de un tumor hay un amplio conjunto de subpoblaciones celulares que, mediante determinados estí­mulos se convierten en células cancerí­genas cuyo potencial maligno se va incrementando y asegura la supervivencia, invasión y metastización de los tumores», de acuerdo con el contenido del innovador estudio. Además, el equipo coordinado por Maria Carmem Alpoim ha logrado identificar tres citocinas (moléculas implicadas en la transmisión de información entre células) como potenciales culpables de la conversión nociva. Se trata de una transformación «invisible» que cambia el fenotipo de las células y las hace inmunes a los tratamientos, según ocurre a medida que avanzan la quimio y la radioterapia.