Casi 8 millones de personas…

Si no se pone remedio, en los próximos 10 años el número muertes prematuras causadas por las enfermedades cardiovasculares en el mundo pasará de 5,9 millones en 2013 a 7,8 millones en 2025.

Las previsiones del Proyecto Global Burden of Disease (Carga Mundial de la Enfermedad) se cumplirán si muchos estados miembros de Naciones Unidas (ONU) no cumplen los objetivos, fijados en 2013, como parte de un plan de acción global para hacer frente a las enfermedades no transmisibles. Dicha plan incluye la reducción de muertes prematuras causadas por enfermedades cardiovasculares en un 25% para 2025. Las enfermedades cardiovasculares ”“infarto, ictus, etc.- siguen siendo la principal causa de muerte prematura en el mundo. El informe que se publica en «Circulation» asegura que se mantiene las tendencias actuales, muchos de los paí­ses más poblados del mundo como China, India, Rusia, México o Etiopí­a, no experimentarán ninguna mejora en cuanto a la mortalidad prematura por enfermedades del corazón y accidente cerebrovascular en su población. Se calcula que el 60% de las muertes afectarán a los paí­ses del sudeste asiático, extremo Oriente y el sur de Asia. El documento avisa que las muertes prematuras causadas por enfermedades cardiovasculares aumentarán en algunos paí­ses de ífrica, Europa del Este y Asia Central, y aunque naciones como EE.UU., Brasil y Sudáfrica verí­an descensos en su mortalidad prematura por estas enfermedades, pero no lo suficiente para alcanzar el objetivo de la reducción del 25% marcada por la ONU. Dianas El informe, según Gregory Roth, de la Universidad de Washington (EE.UU.), sugiere lo que «debemos hacer en la próxima década para reducir la mortalidad cardiovascular en todo el mundo». Así­, añade, para obtener el mayor impacto, necesitamos centrarnos en los principales factores de riesgo en cada paí­s. «En la mayorí­a de ellos hay que promover dietas más saludables, más ejercicio, polí­ticas antitabaco dejar de fumar y menos consumo de alcohol. Pero además ”“apunta- se debe invertir en una atención sanitaria adecuada». Los investigadores proponen una serie de objetivos comunes para no llegar a este escenario -hipertensión, tabaquismo, diabetes y obesidad-, aunque adaptados a cada paí­s. Así­ por ejemplo en lugares como EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda, pero también en Japón y Corea del Sur, se recomiendan incidir en las tasa de obesidad. Y lo mismo ocurre con la población femenina de América Latina, especialmente en Brasil y Paraguay.