La Asociación Madrileña de Enfermos de Lupus y Amigos se incorpora a Famma-Cocemfe Madrid
La Comisión Ejecutiva de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid, Famma-Cocemfe Madrid, acordó por unanimidad en reunión ordinaria mantenida ayer, la Federación de la Asociación Madrileña de Enfermos de Lupus y Amigos como miembro de pleno derecho, sumándose a una importante red asociativa que lucha por mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad a lo largo de toda la geografía madrileña.
AMELYA se creó en 1996 gracias al esfuerzo de un grupo de voluntarios. Hasta esa fecha no existía ninguna asociación en Madrid que ofreciese apoyo e información a las personas afectadas por el Lupus. “El objetivo es que ningún afectado por el lupus se sienta aislado e incomprendido ante una enfermedad que no es bien comprendida y casi siempre temida”, afirman desde AMELYA. “Gracias a las actividades llevadas a cabo durante estos años por la asociación, muchas personas afectadas y de su entorno han encontrado en nosotros comprensión y ayuda en todos los problemas que se encuentran cada día en los diferentes aspectos de su vida, así como respuesta a todas las dudas que se le plantean y que no son respondidas por los profesionales sanitarios”.
En este sentido, AMELYA proporciona conocimiento específico sobre todos aquellos temas que afectan al colectivo, promueve un cambio de actitud tanto en los enfermos como en sus familias, y desarrolla un importante trabajo de orientación laboral a personas con discapacidad. Además, ofrece atención personalizada a los afectados gracias a los voluntarios, y organiza diferentes talleres de habilidades sociales, de búsqueda de empleo, de relajación o de deshabituación tabáquica. Por último, ofrece un servicio permanente de quiromasaje, un gabinete psicológico y orientación legal, entre otras actividades y servicios.
Con la llegada de AMELYA, ya son 47 las entidades que conforman la estructura de Famma-Cocemfe Madrid, fortaleciendo así un tejido fundamental para el mantenimiento de un sistema de apoyo para las casi medio millón de personas con discapacidad que habitan en la región.