Descubren 74 nuevos errores genéticos asociados a tres patologías tumorales
Trece nuevos estudios que se publicaron recientemente en distintas revistas científicas de carácter internacional, en los que participaron un total de 200.000 voluntarios y cientos de instituciones de todo el mundo, permitieron descubrir 74 nuevos errores genéticos asociados a las patologías tumorales.
Estos defectos genéticos permitieron, precisamente, descubrir nuevas pistas genéticas de tres tumores con fuerte carácter hormonal: mama, ovario y próstata. ‘Nature Genetics’,’Nature Communications’,’Human Molecular Genetics’, ‘PLoS Genetics’ y ‘The American Journal of Human Genetics’ son las cinco publicaciones en las que se detallaron los resultados del mayor estudio científico de la historia; en el que han participado nada menos que 100.000 pacientes con cáncer y otras tantas personas sanas.
Este prodigio de la colaboración internacional ha sido posible gracias a la financiación del séptimo programa marco de la Comisión Europea, y en él han participado 200 instituciones de Europa (entre ellas algunas españolas), Asia, Australia y EEUU. El proyecto, denominado ‘Collaborative Oncological Gene-Environment Study’ (COGS), se inició en 2009 con el objetivo, entre otros, de ‘descifrar las bases genéticas de la susceptibilidad al cáncer’, según explicó Javier Benítez, director del Programa de Genética del Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y uno de los coordinadores de esta iniciativa europea.
Gracias a esta colaboración ha sido posible descubrir 74 pequeños errores genéticos implicados en estas tres enfermedades que afectan a 2,5 millones de personas en todo el mundo al año. Cada uno de esos fallos (denominados polimorfismos de un solo nucleótido, SNPS) confiere un riesgo muy bajo por sí solo, pero un individuo puede acumular decenas de ellos que se multipliquen entre sí hasta aumentar de manera significativa sus probabilidades de sufrir un cáncer a lo largo de su vida.
Por último, tal y como explica Lori Sakoda, de la Fundación Kaiser Permanente y autora de un comentario en ‘Nature Genetics’, ‘detectar estos fallos que confieren riesgos tan pequeños sólo es posible estudiando una población muy amplia’.