Las personas con discapacidad también pueden solicitar el Ingreso Mínimo Vital, una pensión no contributiba de la Seguridad Social. Las personas con discapacidad son más vulnerables y se sitúan en riesgo de exclusión y pobreza. Es un recurso más a la que la persona con discapacidad puede recurrir en caso de no cumplir los requisitos para cobrar una pensión por incapacidad o no no contributiva por discapacidad.

Las personas con discapacidad deben de seguir los mismos criterios que las personas sin discapacidad, para que se les conceda el Ingreso Mínimo Vital. Es decir, ser residente en España, tener al menos 23 años y no superar un umbral de ingresos.

Las personas con discapacidad que estén cobrando el Ingreso mínimo vital (IMV) verán en 2024 incrementada la cuantía que reciben al mes en un 6,9%. Así, un adulto con discapacidad pasará de cobrar 565,37 a 604,38 euros