Una técnica restaura las bacterias…

Los efectos de la cesárea en los recién nacidos pueden ser reversibles. Un estudio piloto que se publica en «Nature Medicine» confirma que exponer a los bebés nacidos mediante cesárea exposición a los fluidos vaginales de su madre les permite desarrollar una microbiota, los microorganismos que habitan en el cuerpo, similar a la de los bebés nacidos por ví­a vaginal.

Una de las pegas más importantes a la cesárea es precisamente que los bebés perdí­an una cantidad importante de la microbiota al no estar en contacto directo con los fluidos maternos, lo que se asocia, por ejemplo, con un sistema inmune más debilitado o un mayor riesgo de alergias. Ahora, este trabajo realizado en el NYU Langone Medical Center de Nueva York (EE.UU.) demuestra que los microbios vaginales pueden ser parcialmente restaurados en aquellos bebés nacidos mediante cesárea. Los microorganismos presentes en los fluidos vaginales colonizan la piel, cavidad oral y el intestino de los bebés; todos estos microbios conforman la microbiota. Pero los bebés que nacen por cesárea, lo que representa más del 50% del total de nacimientos en algunos paí­ses según ha denunciado la OMS, no están expuestos a estos microbios y tienen una microbiota diferente al nacer de los nacidos por ví­a vaginal. Las cesáreas, el uso de antibióticos durante el embarazo y la dependencia de las leches maternizadas han interrumpido cada vez más el desarrollo de microbiomas naturales en las últimas décadas, y han duplicado las tasas de asma, enfermedades autoinmunes y la obesidad. Muchos estudios han demostrado asociaciones entre estas tendencias, pero sólo unos pocos experimentos en ratones han descubierto que las diferencias microbianas aumentan directamente el riesgo para estas enfermedades.