Una persona con tetraplejia publica un poemario escrito con la nariz
El autor, que sólo puede mover los músculos de la cara, se sirve de una herramienta tecnológica que mediante un sensor de infrarrojos identifica un adhesivo que le colocan en la nariz, con el que puede manejar su ordenador. Gracias a este dispositivo, Abad Troya escribe versos, se comunica con su familia en Ecuador, maneja su perfil en Facebook y adquiere formación. De hecho, hace unas semanas, el joven ecuatoriano se licenció en Abogacía, estudios que ha cursado en la modalidad de enseñanza a distancia a través de la Universidad Técnica Particular de Loja, que tiene varias sedes en España.
Ante decenas de asistentes, el escritor ecuatoriano desveló las claves de su nuevo trabajo creativo y su filosofía vital desde la discapacidad: “No se puede dar tregua al conformismo cuando hay mucho que hacer, y más aún cuando se puede hacer. Escribir poesía para mí es más que un arte inclusivo que me permite llegar donde con mis pies no llego. Es un horizonte de posibilidades, de oportunidades, es un recodo de la vida en el que me refugio constantemente, cuando me acecha el desánimo y no encuentro salida. Es también un gesto de rebeldía, plasmado en una cartulina que lo soporta todo, incluso lo que yo diga”. La primera incursión literaria de Abad Troya fue en 2006, con ‘El sueño de los ausentes’, obra que también autoeditó. En estos días el abogado tiene previsto viajar a Ecuador, donde podrá ver a su familia después de muchos años.