Una alimentación inadecuada en el…

Diversos estudios han demostrado que las mujeres obesas o con diabetes tipo 2 tienen mayor probabilidad de que sus hijos desarrollen con el tiempo trastornos metabólicos semejantes. En definitiva esos estudios vienen a confirmar un hecho conocido: de madres obesas nacen niños obesos. Esto se podí­a achacar al aprendizaje de malos hábitos de alimentación, pero se sospechaba que habí­a más razones para “heredar” esa susceptibilidad.

Los mecanismos moleculares y celulares que explican esa tendencia denominada programación metabólica se desconocí­an hasta ahora. Un trabajo de la Universidad de Yale publicado en la revista “Cell” los ha puesto al descubierto y ha encontrado que la alimentación incorrecta de la madre durante el embarazo induce cambios en los circuitos cerebrales relacionados con el metabolismo en los bebés en gestación. Unos cambios que aumentan el riesgo de obesidad y desarrollar anomalí­as duraderas en el metabolismo de la glucosa. En un modelo de ratón, los investigadores han comprobado que una dieta rica en grasa durante la lactancia predispone a las crí­as a la obesidad y a la diabetes porque se alteran sus conexiones cerebrales en el hipotálamo, una estructura clave del cerebro que regula el metabolismo energético y de la glucosa.

Por último, los pequeños roedores tení­an modificaciones en el circuito cerebral de la insulina, fundamental para controlar los niveles de glucosa en sangre. Estos cambios en los circuitos cerebrales inducidos por la alimentación materna conducen a las crí­as a la obesidad y a desarrollar anomalí­as en el metabolismo de la glucosa durante toda su vida.