Un sistema en 3D para…

En la imagen, pruebas de detección del cáncer de páncreas.Es uno de los tumores de peor pronóstico y los expertos lo suelen atribuir al diagnóstico tardí­o. El cáncer de páncreas cursa con sí­ntomas inespecí­ficos que, muchas veces, hacen que cuando se localiza ya es inoperable y, por lo tanto, incurable.

Pero esa tendencia a no poder ser extirpado quirúrgicamente tiene otro efecto global para el avance de la investigación frente a la enfermedad y es la falta de muestras que permiten el estudio de la misma. Un gran déficit que se podrí­a solucionar parcialmente con la técnica descrita en las páginas de Cell por un equipo de investigadores del Laboratorio Cold Spring Harbor y la Fundación Lustgarten (EEUU), que han desarrollado un nuevo modelo para hacer crecer células de cáncer pancreático en laboratorio y en 3D, con el objetivo de permitir a los cientí­ficos dirimir qué ví­as utiliza el mortí­fero tumor para expandirse. El objetivo principal, por supuesto, es descubrir nuevas dianas terapéuticas y reducir la elevadí­sima mortalidad de la patologí­a.

 

El sistema de cultivo que han logrado desarrollar en laboratorio los cientí­ficos estadounidenses responde al nombre de organoide y permite hacer crecer tejido pancreático de los propios pacientes abriendo, también, una ví­a a aproximaciones terapéuticas personalizadas. Se trata de un trabajo fruto del esfuerzo de muchas instituciones y el apoyo de otras tantas, incluyendo la Sociedad Española de Oncologí­a Médica (SEOM).

Uno de los autores del trabajo es Mariano Ponz Sarvise, oncólogo médico de la Clí­nica Universitaria de Navarra que actualmente trabaja en el laboratorio de uno de los autores principales del estudio, David Tuveson.

Ponz explica que el artí­culo supone la descripción de un nuevo modelo de cultivo en 3D para el adenocarcinoma de páncreas y un “ejemplo de cómo el uso de ese sistema junto con los análisis proteí­cos y genómicos puede ayudar a descubrir nuevas moléculas que podrí­an servir como biomarcadores”.

Por último, sin embargo, el oncólogo aclara algo su actual utilidad: “No servirí­an como marcadores tumorales ahora mismo, sino más bien como proteí­nas que potencialmente podrí­an ser dianas terapeúticas o auténticos marcadores tumorales una vez se lleve a cabo una adecuada validación”.