Un proyecto europeo buscará las…

Una importante iniciativa con financiación europea buscará las causas biológicas que subyacen al aislamiento social, que es un sí­ntoma temprano común de esquizofrenia, enfermedad de Alzheimer y depresión mayor.

El proyecto PRISM (Psychiatric Ratings using Intermediate Stratified Markers), una cooperación público-privada de 16,5 millones de euros, ha unido a investigadores de instituciones académicas europeas y grandes compañí­as farmacéuticas. Una de las instituciones que participa en este proyecto es el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), dependiente del Instituto de Salud Carlos III. Muchas enfermedades mentales son todaví­a clasificadas y diagnosticadas en base solamente a los sí­ntomas observados, ya que cuentan con pocos biomarcadores objetivos a diferencia de otras como la diabetes. Muchas enfermedades neuropsiquiátricas diferentes comparten sí­ntomas, lo que dificulta la comprensión de la causa biológica que subyace a una enfermedad especí­fica. Por ejemplo, no tenemos realmente una idea de la diferencia que puede haber entre la causa biológica del aislamiento social en la enfermedad de Alzheimer y en esquizofrenia. Esta falta de comprensión de las causas biológicas profundas es una de las razones que ayudan a explicar el drástico descenso en el desarrollo de nuevos fármacos para tratar los trastornos neuropsiquiátricos. Históricamente, muchos de los principales grupos de fármacos para los trastornos psiquiátricos han sido descubiertos como consecuencia de observaciones casuales en estudios, una aproximación que tiene un gran riesgo de fracaso en el desarrollo de nuevos candidatos a fármacos. El moderno diseño de fármacos intenta reducir este riesgo con la alteración de un proceso biológico conocido y la exhaustiva observación y cuantificación de los efectos de hacerlo. La aparición de nuevos métodos de medición de la actividad cerebral (por ejemplo, la imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) que permite observar el flujo de sangre en diversas áreas del cerebro en funcionamiento) ha abierto por primera vez la puerta a trabajar de esta manera a la hora de encontrar fármacos para las enfermedades mentales.