Un gen podría determinar la gravedad del cáncer de piel
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, del Hospital 12 de Octubre, y del Centro Memorial Soloan Kettering Cancer Center de Nueva York, han realizado un proyecto por el que se podría definir la gravedad de un cáncer de piel. La gran cantidad de mutaciones del melanoma hace muy difícil distinguir cuál es importante y cuál no.
La investigación, publicada en la revista Cancer Cell, ha permitido identificar unos 40 genes, y de ellos el RAB7 se encontraba muy presente en el melanoma. Los investigadores observaron que éste gen determina el destino de las células tumorales. La expresión elevada del RAB7 permite la entrada de nutrientes en la célula, cuánta más cantidad más se alimenta, y el encontrarse de forma muy numerosa en las en el melanoma significa se alimenta de más nutrientes para dividirse y multiplicarse, con lo que también es más agresivo. La idea lógica sería disminuir el número de este compuesto en la célula, pero eso no es posible ya que la disminución de esta sustancia permite que las células tumorales invadan su entorno. Sin embargo, lo valioso de éste estudio es que permite localizar la entrada por la que tendrían que dirigirse los fármacos para destruir de manera selectiva las células malignas sin afectar a las células sanas.
El compuesto que podría matar a las células tumorales por autofagia, un proceso metabólico que destruye las estructuras internas de la célula que ya no son útiles, también ha sido descrito en ésta investigación. Con lo que, teniendo la sustancia que mataría a las células cancerígenas, y el punto en el que esas células son vulnerables ”“la puerta que dejan abierta mientras se sobrealimentan-, las conclusiones de éste estudio podrían suponer un gran avance en la lucha contra el cáncer de piel. En la investigación también se han descrito, tras el estudio de 35 tumores distintos, algunas características propias del melanoma, responsable del 80% de los fallecimientos por cáncer de piel en España. Se ha logrado aumentar la esperanza de vida en los último años en un 10% cuando la enfermedad se detecta en fases tempranas. Pero en fase de metástasis los pacientes sólo consiguen una esperanza de vida de 6 a 12 meses.