Un estudio abre nuevas posibilidades…

Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Cientí­ficas (CSIC) ha descubierto que el sistema inmunitario puede detectar la pérdida de la forma polarizada en células epiteliales enfermas, que desempeñan una función clave en patologí­as como el cáncer, las infecciones ví­ricas (hepatitis B y C) y patologí­as autoinmunes.

Publicado en la revista ‘Cell reports’, el estudio podrí­a contribuir a desarrollar ví­as terapéuticas para controlar la respuesta inmunitaria en el hí­gado y, probablemente, en otros órganos que contengan epitelios polarizados. Según explica el investigador del CSIC Jaime Millán, del Centro de Biologí­a Molecular Severo Ochoa, “las células epiteliales realizan funciones fundamentales de absorción, secreción y barrera en los tejidos”, y se ha comprobado que cuando enferman a causa del cáncer, la hepatitis u otras patologí­as “cambian su polaridad”.

 

Para su correcto funcionamiento, estas células necesitan adquirir una forma asimétrica, en la que una parte se orienta hacia el exterior (dominio apical) y otra hacia el interior de los tejidos (polaridad apicobasal). Esta última está en contacto con los vasos sanguí­neos y con otras células, incluidos los linfocitos que patrullan en el interior de los órganos de forma permanente”.

Cuando los epitelios están polarizados, el receptor ICAM-1 (principal mediador de la adhesión linfocitaria) se segrega en el dominio apical de la célula, esto es, en la parte menos accesible para los linfocitos. En cambio, cuando las células hepáticas pierden su forma, ICAM-1 se dispersa del dominio apical y se expone a otras células, favoreciendo la adhesión de los anticuerpos. Una mayor polarización hace igualmente que ICAM-1 se confine en el dominio apical y que la adhesión de los linfocitos T disminuya.

Así­, los linfocitos “ven” preferentemente en el tejido las células epiteliales despolarizadas, lo que supone “un nuevo mecanismo para ayudar al sistema inmunitario a discriminar entre las células enfermas que deben ser eliminadas y aquellas que permanecen sanas y polarizadas”, sostuvo Millán. Este fenómeno de polarización y despolarización de ICAM-1 se ha observado en muestras de hí­gado de pacientes con infecciones de hepatitis B y C y en hí­gados trasplantados rechazados, por lo que su control podrí­a ayudar a mejorar los tratamientos en casos similares.