Un cojí­n y un pantalón…

En la imagen, un usuario de silla de ruedas.El proyecto de investigación Pressure Ulcer Measurement and Actuation (PUMA) y el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) han desarrollado un dispositivo portátil no invasivo basado en textiles inteligentes que permite la prevención y detección de úlceras por presión en pacientes en silla de ruedas. Según ha explicado el director de Innovación en Rehabilitación y Autonomí­a Personal del IBV, Ignacio Bermejo, el dispositivo cuenta con tres sistemas independientes que evitan el desarrollo de las úlceras y eliminan el riesgo de su formación al sugerir cambios de postura al usuario de la silla de ruedas.

El sistema de control postural está formado por un cojí­n con textiles inteligentes que mide las presiones y un pantalón corto fabricado con materiales inteligentes que permiten medir el estado de la piel y aplicar electro-estimulación. Ambos dispositivos emiten información en tiempo real a un sistema informático incorporado en la silla que el usuario puede controlar desde una aplicación en su móvil que evalúa los datos y e identifica los riesgos de la postura en cada situación.

Así­, la aplicación podrí­a detectar el tiempo lí­mite de permanencia en una misma posición y, según el contexto, proponer diferentes acciones para prevenir la formación de una úlcera, tales como cambiar la postura de la silla, mover el cojí­n o aplicar electro-estimulación en las zonas de riesgo.

La validación clí­nica del dispositivo ha sido llevada a cabo por el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y Fundosa Accesibilidad, que cuenta con un equipo de técnicos ortopédicos con experiencia en la personalización de este tipo de tecnologí­as. También han participado en el proyecto la empresa danesa QIMOVA AS, coordinadora de la iniciativa, las pymes BerkelBike (Holanda) y SensingTex (España), el Instituto de Innovación de Estonia y el Centro Belga de Investigación del Textil (Centexbel).

Por último, en la actualidad, las úlceras de presión son un problema médico que puede afectar a los más de cinco millones de usuarios de sillas de ruedas de la Unión Europea, y en especial a los 114.000 afectados por la tetraplejia. Además, se estima que el coste al sistema público europeo de esta patologí­a supera los 20.000 millones de euros al año.